Con el título ‘Bautizados para ser peregrinos de esperanza’, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, nos dirige su Carta Pastoral para el inicio del curso en la archidiócesis de Madrid.

En su Carta Pastoral, nuestro arzobispo destaca que el inicio de este nuevo curso pastoral es una oportunidad que Dios nos da para renovar nuestro compromiso con la misión que Él nos ha confiado. Inspirado en las palabras de San Pablo a los Filipenses, nos invita a dejar atrás lo que ya pasó y avanzar hacia lo que viene, siempre orientados hacia la meta que es Cristo.

De la carta pastoral destacamos que el curso pastoral tiene varios elementos clave:

  1. Acompañar el proceso sinodal: La Iglesia universal está viviendo un momento importante de reflexión y participación a través del Sínodo, y se invita a unirse con oración, reflexión y participación.
  2. Vivir el Año Jubilar: Es una ocasión para profundizar en la fe, especialmente en los sacramentos de la Confesión y la Eucaristía, y realizar obras de misericordia. El tema propuesto por el Papa Francisco es «Peregrinos de Esperanza», recordando la importancia de la esperanza en la vida cristiana.
  3. Continuar el camino pastoral: Este año se hará especial énfasis en la vocación laical, profundizando en el papel del laico en la Iglesia, como fruto de nuestro bautismo.

La Carta Pastoral también menciona que las diferentes vicarías, delegaciones, parroquias y movimientos de la diócesis deben trabajar en conjunto, dialogar y apoyarse mutuamente, acogiendo las propuestas pastorales que se ofrezcan.

Punto de partida: el cambio de época

Estamos viviendo un cambio de época, no solo un cambio superficial, sino uno que afecta a la cultura y al pensamiento que guiará nuestro futuro. La globalización, las guerras y conflictos nos exigen una mirada creyente que nos ayude a discernir estos tiempos con esperanza y apertura a la transformación que Dios quiere realizar.

Actitudes que nos impiden avanzar

Se identifican varias actitudes que pueden obstaculizar nuestro avance, entre ellas:

  • Individualismo: Rompe el «nosotros» eclesial y nos encierra en nosotros mismos, impidiendo la acción del Espíritu Santo.
  • Autorreferencialidad: Centrarse solo en los problemas internos de la Iglesia, sin atender a las necesidades del mundo.
  • Pesimismo: Nos aleja de la alegría y el entusiasmo, oscureciendo nuestra visión de las señales de Dios.
  • Falta de disponibilidad: Nos cierra al servicio y la misión, haciéndonos insensibles a las nuevas llamadas de Dios.
  • Superficialidad espiritual: Vivir la fe de manera rutinaria y sin profundidad, desvirtuando el verdadero testimonio cristiano.
  • Miedo al cambio: Ver los avances en ciencia y tecnología como amenazas en lugar de oportunidades para el diálogo y la evangelización.

La buena disposición

La Carta Pastoral invita a que, a partir de nuestro bautismo, volvamos la mirada a Cristo, escuchando su llamada y respondiendo con fe y confianza en la misión que nos ha sido confiada. La sinodalidad es nuestra hoja de ruta, y la esperanza en la que el Año Jubilar nos invita a vivir es el motor que nos impulsa.

Se resalta la importancia de testimoniar la fe en nuestras comunidades, sembrando el amor y la amabilidad social en nuestros entornos, y dejándonos guiar por el Espíritu Santo que ya está actuando en la vida de la Iglesia. El cardenal José Cobo nos invita a vivir este curso con apertura, esperanza y disponibilidad para responder a la misión de la Iglesia en este tiempo de cambios profundos, siendo testigos del amor de Dios en nuestras comunidades y en el mundo.

Puedes descargarte la Carta Pastoral: