El fin de semana, del 18 al 20 de octubre, los catecúmenos que se van a confirmar el próximo sábado 26 de octubre, junto con sus catequistas y nuestro vicario parroquial, el padre Yoelby, han vivido una convivencia inolvidable en Guadarrama, bajo el lema “Compromiso y Confirmación”. Este encuentro ha sido una oportunidad maravillosa para prepararnos espiritualmente y fortalecer nuestra fe, de cara al sacramento de la confirmación.
El viernes, partimos desde la parroquia llenos de ilusión y nervios hacia Guadarrama. Tras llegar, comenzamos con un momento de oración, entregando este tiempo al Señor, pidiendo que nos guíe en cada paso. Reflexionamos juntos con las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan: «Yo soy el camino, la verdad y la vida», recordándonos que, en los momentos difíciles, es Dios quien nos lleva en sus brazos. Después de unos juegos para romper el hielo, profundizamos en nuestra fe con una catequesis sobre el Credo, impartida por el P. Yoelby. Rezar el Credo es afirmar nuestra fe y confiar plenamente en Dios, un acto que nos une no solo a la Santísima Trinidad, sino también a toda la Iglesia.
La jornada concluyó con un momento de Adoración ante el Santísimo, donde nos dejamos tocar por la gracia de Dios. Fue un instante profundo para escuchar en el silencio lo que Él tenía que decirnos, reconociendo que solo en Él encontramos descanso y paz verdadera.
El sábado se unieron el P. Luis y el grupo de adultos que también se preparan para su confirmación. El día comenzó con una oración especial en la que cada uno de nosotros recibió un Don del Espíritu Santo, un regalo personal para reflexionar durante nuestro desierto. Este desierto fue un espacio de encuentro personal con Dios, un momento de examen de conciencia para prepararnos al sacramento de la Reconciliación, donde experimentamos el abrazo del perdón infinito del Señor.
La mañana finalizó con una Eucaristía explicada, que nos permitió entender en profundidad el significado de cada momento de la celebración. Luego, celebramos los cumpleaños de una catecúmena y una catequista, compartiendo tarta y alegría en comunidad.
Por la tarde, nos adentramos en la preparación de la celebración de la confirmación, reflexionando sobre la importancia de recibir al Espíritu Santo y cómo este sacramento marca el inicio de una nueva etapa en nuestra vida cristiana, pero no su final. Tuvimos la visita de algunos jóvenes de nuestra parroquia que compartieron su testimonio y nos invitaron a seguir caminando en la fe a través del grupo de jóvenes, recordándonos que la confirmación es solo el comienzo de nuestro compromiso activo en la vida parroquial.
El domingo llegó el momento de hacer balance de todo lo vivido, con una oración donde cada uno compartió su experiencia y dio gracias a Dios por estos tres años de preparación. Finalmente, regresamos a la parroquia para celebrar la Eucaristía con nuestra comunidad y cerrar capítulo este con una profunda gratitud.
Gracias a todos los catecúmenos, catequistas, sacerdotes y colaboradores que hicieron posible esta convivencia. Y, sobre todo, gracias a Dios por su presencia viva entre nosotros, guiándonos y fortaleciendo nuestra fe en este camino. ¡Nos vemos el sábado para celebrar juntos este sacramento tan importante!
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