Este pasado fin de semana, del 1 al 3 de diciembre, hemos tenido la convivencia el grupo de PostComunión en Los Molinos.
Con el lema: “ILUMINA EL MUNDO», nos hemos ido preparando a lo largo del fin de semana para comenzar el Adviento.
La convivencia comenzó el viernes con unos juegos de presentación y hacer más grupo, ya que unos cuantos era la primera vez que iban de convivencia.
Después de cenar, hicimos una actividad muy entretenida con periódicos donde todos teníamos que «levantarnos» para conseguir la frase final. ¡Levántate, ya es Navidad, nace el niño Rey!
Terminamos el día dando gracias a Dios y rezando un Padrenuestro todos juntos antes de subir a las habitaciones a descansar.
El sábado, comenzamos con una oración siguiendo la estrella Belén por los jardines de la casa, siguiendo su luz y dejándonos iluminar de su esperanza. Después hicimos una estrella personalizada explicando quiénes son nuestra «estrella» y nuestra «luz» en la vida, y comprometiéndonos a ser «luz» para alguien en estas semanas de Adviento.
Después de un fabuloso desayuno, seguimos «preparando el camino» con una actividad muy divertida, en la que con diversas pruebas pudimos con esfuerzo, quitarnos nuestros miedos y ponernos guapos por dentro y por fuera para el Adviento.
A lo largo de la mañana del sábado tuvimos una gran sorpresa, nos visitó nuestro párroco, el P. Luis, un buen rato para compartir fe.
También tuvimos tiempo para preparar el Festival de la Parroquia del próximo sábado 16, con villancicos, poemas…y alguna sorpresa que no podemos desvelar….
Terminamos de comer (gracias a Raquel y Nazario por la espectacular comida) y tenemos un rato de tiempo libre, en el que muchos niños decidieron confesarse con el P. Alejandro o tener un rato de intimidad con el Santísimo en la Capilla.
Comenzamos la tarde “Compartiendo la Alegría” con una gymkana en la que, tras superar diversas pruebas, ¡escenificamos un belén viviente!
Continuamos la tarde compartiendo ratos de charlas con los niños, y aprendiendo a escucharnos.
Tras las duchas y cena, volvimos a ponernos en la presencia de Dios con una oración en la que preparamos nuestro corazón para recibir a Jesús y terminamos con una reflexión a la luz de las velas en la que dimos gracias por ser Hijos de Dios, el gran tesoro que tenemos.
El domingo comenzamos poniéndonos en manos de Dios con una oración que nos servirá para seguir siendo «luz» para nuestros padres, hermanos, amigos…
Y tras el desayuno sorpresa ¡Roscón de Reyes!, recogimos y limpiamos habitación a toda prisa que nos esperaba el autobús.
Antes de la Eucaristía estuvimos compartiendo un tiempo de ensayo para la preparación de esta y así como decía San Agustín: ‘Quién canta reza dos veces’.
El broche de oro de la convivencia no podía ser otro que celebrar la Eucaristía con toda la comunidad de la Santísima Trinidad.
Gracias por este increíble fin de semana….