Con el entusiasmo de nuestra primera convivencia de este curso, estuvimos el fin de semana del 18 al 20 de noviembre en Los Molinos.

El viernes, al llegar a la casa donde íbamos a pasar el fin de semana, nos recibieron los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y nos dijeron que entre todos íbamos a descubrir el evangelio a lo largo de toda la convivencia.

Tras un par de juegos nos fuimos a cenar y terminamos la noche con una maravillosa gymkana donde empezamos a descubrir el evangelio. Al finalizar, agradecimos a Dios todo lo vivido en ese primer día.

Al día siguiente nos despertamos temprano. El sábado prometía ser un gran día.  Comenzamos con una oración donde sembramos una semilla y pusimos en manos del Señor lo que deseábamos para esta convivencia.

A lo largo de todo el día cada evangelista nos fue presentando cómo, dónde, cuándo había compuesto el evangelio y a quién iba dirigido. También nos ayudaron a saber que solo hay un evangelio y que cada uno de ellos había destacado diferentes momentos de la vida de Jesús.

Agradecemos a san Marcos, san Mateo, san Lucas y san Juan su cercanía y, sobre todo, el habernos dado la oportunidad de seguir profundizando en la alegría del evangelio.

El sábado también tuvimos la visita de nuestro párroco, el padre Luis, que nos animó a seguir conociendo la gran riqueza del Evangelio.

Terminamos el día poniendo todo lo descubierto sobre el Evangelio en las manos de Dios y ya, un poco más cansados que el día anterior, nos fuimos a dormir.

En la mañana del domingo, en la oración, cada evangelista nos recordó el símbolo que le representa y nos dijeron que la semilla plantada en la oración del sábado hay que cuidarla con la oración, portándose bien, yendo a la eucaristía, siendo solidarios y humildes …

Recogimos toda la casa y el broche de oro fue la celebración de la Eucaristía a las 13 con toda la comunidad parroquial.

Gracias, Señor, por todo lo vivido y aprendido este fin de semana.

Gracias, Señor, por el regalo maravilloso de tu Evangelio.

Gracias, Señor, por darnos la oportunidad de convivir entre nosotros y con nuestros catequistas.

Seguiremos descubriendo cada día la Alegría de tu Evangelio.

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