El fin de semana del 15 al 17 de noviembre, nuestra parroquia se llenó de ilusión, compromiso y esperanza con el cursillo de novios. Fue un tiempo privilegiado para mirar el amor con ojos nuevos y redescubrirlo como un regalo de Dios, que se vive y crece en el día a día. Las parejas que participaron encontraron no solo respuestas a sus inquietudes, sino también inspiración para construir una vida juntos con cimientos sólidos en la fe y el amor cristiano.

El ambiente cercano y familiar permitió que todos se sintieran acogidos y en confianza, gracias a la dedicación del párroco, de los catequistas y la fraternidad entre los asistentes. Cada testimonio, cada reflexión compartida, se convirtió en un peldaño hacia una comprensión más profunda del matrimonio como vocación y camino hacia la santidad.

Desde la sencillez de las dinámicas hasta la profundidad de las oraciones, el cursillo fue una auténtica catequesis sobre el amor verdadero. Más allá de una experiencia puntual, los participantes salieron renovados y decididos a llevar lo aprendido a su vida cotidiana, transformando el amor en proyecto y la fe en acción.

Hoy compartimos los testimonios de algunas de las parejas que han vivido este fin de semana como un antes y un después en su camino hacia el altar.

Testimonio 1

Salimos del curso renovados por dentro. Llegamos tranquilos gracias a la entrevista que tuvimos para conocer a uno de los matrimonios catequistas; y esto nos ayudó mucho porque nos hemos sentido durante todo el fin de semana acogidos y en familia. Nos ha resultado una experiencia de vida poder compartir con las demás parejas y con los catequistas una manera maravillosa de vivir el amor de forma cristiana. Desde lo sencillo del día a día y la cotidianidad nos han transmitido una experiencia de vida y de fe que era lo que necesitábamos nosotros: una catequesis para vivir en el mundo de hoy. Estamos muy agradecidos de haber podido vivir este fin de semana y salimos con ganas de que no sea solo una experiencia de hoy si no de cada día de nuestra vida.

Testimonio 2

Cuando cruzamos la puerta de la Iglesia el primer día de curso, nos sentimos expectantes y movidos por la curiosidad tomamos asiento cogidos de la mano. A medida que fueron pasando las horas, los temas a tratar y los testimonios de cada matrimonio, surgieron emociones, sensaciones y una necesidad tremenda de reflexión dentro de nuestros corazones.

Ha sido una experiencia única y enriquecedora el poder escuchar el testimonio de parejas de novios tan distintas en edad y forma de ser. Nos llevamos algunas lecciones de vida que jamás olvidaremos.

Dar las gracias de corazón a los catequistas tanto desde la primera llamada, la entrevista y como colofón todo este fin de semana que hemos pasado con ellos.

Estamos seguros de que esto ha sido un primer paso importante para construir los cimientos de nuestro matrimonio y el inicio en nuestra faceta espiritual.

Testimonio 3

Este cursillo de novios ha sido una experiencia enriquecedora que nos ha permitido aprender y reflexionar sobre aspectos fundamentales de nuestra relación. Agradecemos profundamente la dedicación, la información, el apoyo y los consejos que hemos recibido por parte de los ponentes, del párroco, y cómo no, de los coordinadores; nos habéis preparado mejor para la vida de pareja, brindándonos a su vez herramientas valiosas para afrontar los retos que vendrán. Gracias por ayudarnos a dar este importante paso de manera más consciente y preparada. Por último, nos gustaría destacar la oración por parejas que tuvimos el penúltimo día, mediante la cual experimentamos una profunda conexión el uno con el otro que, sin duda, ha completado la última casilla que nos faltaba de cara a nuestro paso por el altar.

Eternamente agradecidos.

Testimonio 4

El curso me ha ayudado a volver a abrirme al amor de Dios y a comprender realmente cómo es el Amor Verdadero, que es ese amor Divino, que lo llevamos todos dentro y que es el que tenemos que dar a la pareja. Y me ha hecho comprender muchísimo la idea de matrimonio y la función principal del uno con el otro. Y lo importante de vivir ese amor Divino de Dios en la pareja todos los días. Me ha transformado en tres días.