‘Todo pasa, todo queda, pero lo nuestro es pasar’, así lo escribió el poeta; y así es la vida de un sacerdote, de un lado a otro, cambiando constantemente de destino, con las maletas siempre listas porque su decisión ha sido servir a Dios, a su pueblo y a la Iglesia, y no hay labor más noble y desinteresada que la de un sacerdote, siempre dispuestos a ayudar allí donde Dios los llame.

Con gratitud, el domingo 10 de septiembre celebraremos una Eucaristía de despedida de nuestro hermano y amigo César, por estos seis años compartidos y le deseamos bendiciones en su nuevo destino pastoral que será en la parroquia Santa Luisa de Marillac en Carabanchel, como él mismo nos ha compartido: ‘Una nueva experiencia, un nuevo camino’.

Gracias y Bendiciones

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