El 10 de noviembre, celebramos el Día de la Iglesia Diocesana bajo un lema inspirador: «¿Y si lo que buscas está en tu interior?». Este año, esta jornada nos anima a reflexionar sobre nuestras vidas y a descubrir si, tal vez, Dios ya ha sembrado en lo profundo de nosotros un plan especial, una vocación que nos llama a vivir con propósito y sentido.
La búsqueda de la verdadera felicidad
Vivimos en una época en la que muchos buscan la felicidad fuera de sí mismos, persiguiendo metas que, aunque legítimas, a veces dejan un vacío en el corazón. En este Día de la Iglesia Diocesana, la Iglesia nos invita a una búsqueda más profunda, la que empieza en nuestro propio interior, donde Dios habita y nos habla. Porque, en ocasiones, el verdadero «final feliz» se alcanza cuando dejamos de ir por delante de Dios y, en cambio, permitimos que Él sea nuestro guía.
Una llamada transformadora: encuentra tu vocación
Esta jornada también está dedicada a las vocaciones y a descubrir el plan de Dios para cada uno de nosotros. En el camino de la fe, responder a la llamada de Dios transforma la vida y nos lleva a una existencia auténtica y plena. En el marco del Congreso Nacional de Vocaciones que se celebrará en Madrid en febrero, recordamos que todos estamos llamados a algo grande, cada uno desde su vocación específica, ya sea en el matrimonio, el sacerdocio, la vida consagrada o el servicio laical.
Testimonios que inspiran
La campaña de este año comparte testimonios de personas que encontraron en Dios su misión. Pilar, por ejemplo, descubrió su vocación a la vida monástica, dejando todo en manos de Dios con un simple “si Tú quieres”. Montse, al conocer a misioneras, halló el valor de entregar su vida a los demás y hoy sirve en Japón, en medio de personas necesitadas de esperanza. Litus encontró a Dios en el deporte y ahora es sacerdote, guiando a otros en su crecimiento personal y espiritual. Pedro y Diego encontraron en el servicio a los demás y en la evangelización el propósito que tanto buscaban, y el matrimonio de Alberto y Carmen es ejemplo de la belleza de caminar juntos en la fe.
¡Vive tu vocación en comunidad! Tu parroquia te espera
La vocación de cada uno cobra sentido en la comunidad. En este Día de la Iglesia Diocesana, se nos recuerda que todos podemos colaborar con nuestra parroquia y nuestra diócesis. ¿Cómo? A través de:
- Tu oración: Ora por tu parroquia, pide por las necesidades de todos sus miembros. La oración es el alma de cada comunidad.
- Tu tiempo: Dedica unas horas a colaborar en tu parroquia. Un rato de ayuda es un gran don para todos.
- Tus cualidades: Todos tenemos algo que ofrecer, desde una sonrisa hasta habilidades específicas que pueden hacer mucho bien.
- Tu apoyo económico: Con tus donativos, ayudas a que la Iglesia pueda sostener sus parroquias y realizar su misión de servicio y caridad.
Gracias a esta colaboración, más de cuatro millones de personas reciben asistencia en centros de la Iglesia, y miles de sacerdotes, voluntarios y seglares dedican millones de horas a los demás. Este compromiso hace posible que la Iglesia siga siendo testimonio de amor y esperanza en el mundo.
En este Día de la Iglesia Diocesana, respondamos a la llamada a vivir nuestra fe en comunidad. Que cada parroquia sea un hogar donde descubrir el amor de Dios y servir con generosidad. ¡Vive tu vocación en comunidad! Tu parroquia te espera.