El día de San José también celebramos el Día del Padre.

Os presentamos una reflexión de un padre de nuestra comunidad parroquial.

«DÍA DEL PADRE: PASADO, PRESENTE, FUTURO

Soy el menor de cinco hermanos y mi padre falleció al mes de nacer yo. La celebración del “día de padre” ha sido diferente para nosotros – como para muchas otras personas. Al fin y al cabo la “presencia” de un padre en la educación de nuestros hijos tiene su importancia. Cuando me llegó el momento de ejercer de padre, tuve dudas sobre cómo llevar a cabo esta vocación. Si iba a ser capaz de estar a la altura de las circunstancias ante tanta responsabilidad. A día de hoy, mirando hacia atrás, creo que nuestro padre ha seguido estando presente en nuestras vidas cuidándonos, protegiéndonos, guiándonos, como uno más en la lista de personas que “están ahí” y son un punto de apoyo – prueba de ello es que yo sólo, con mis limitaciones, no hubiese podido seguir adelante y ya se sabe que los caminos del Señor son inescrutables.

Ruego por nuestros seres queridos que han fallecido.

Seguir celebrando en nuestros días el “día del padre” está lejos de ser un fecha más en el calendario pues me parece necesario reflexionar sobre la importancia de la educación de nuestros hijos de la que “los padres”, la familia, somos los principales responsables con todo lo que ello implica: atención, dedicación, transmisión, convivencia, valores, cultura, educación, familia. Desde luego que no es una tarea fácil pero ahí está la figura de San José como referente y apoyo. No es casualidad que coincidan ambas efemérides. Y agradecemos la celebración del año de San José que nos ha permitido profundizar sobre innumerables detalles a propósito de una figura tan necesaria como sencilla a la vez.
Llevar a cabo con éxito la tarea de la educación de nuestros hijos de forma responsable es un reto ineludible por el bien de todos: de nuestros hijos, de la familia y de la sociedad. Por esto precisamente, proteger a las familias hoy en día, es garantizar la correa de transmisión para la realización como personas, en primer lugar y como ciudadanos del mundo, en segundo lugar, de nuestros hijos. Es afrontar un futuro con la esperanza de que nuestros hijos estén mejor preparados para afrontar retos difíciles. No existen fórmulas mágicas para evitar los problemas pero sí podemos dar a nuestros hijos las herramientas para afrontarlos.

Ruego por todas las familias, especialmente, por las que pasan por momentos difíciles.

Igualmente, celebramos tradicionalmente el día de San José como el día de las vocaciones. También los padres “acompañamos” a nuestros hijos en el proceso de descubrir su sitio en el mundo. Su felicidad dependerá mucho de que encajen como las piezas en un puzzle; que se conozcan a sí mismos – igual que estudiamos las piezas del puzzle por sus formas y por sus contenidos -, para descubrir la vocación que dará sentido a su vida y ayudará a completar el puzzle. Y todas las vocaciones son válidas, todos los trabajos son importantes, por que la sociedad necesita de todas las piezas, también y especialmente la de las personas consagradas, que acogen en su corazón la llamada “ déjalo todo, ven y sígueme “. ¡Casi nada!

Ruego por las personas en “ búsqueda “ de su vocación. Ruego por los sacerdotes y personas consagradas.

¡Feliz día del Padre!
Felicidades a los que celebran su santo.» 

 

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.

(Papa Francisco, Patris Corde)