Os deseo ¡Feliz Pascua de Resurrección!
En este gran día, que da sentido a nuestra fe, renovamos la esperanza en nuestros corazones.
“Señor, quiero experimentar el poder de tu resurrección” (Flp 3,10)
¡Qué gozo más grande cuando lo que esperábamos se hace realidad! ¡Cristo vive!
Esta Noche Santa es la renovación radical de toda esperanza en nuestras vidas.
Como decía san Pablo: “si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe” (1 Cor 15,14).
Y como san Pablo, repitamos también el desafío hecho a Jesús: atrevámonos a la aventura de querer experimentar esa fuerza de la resurrección en nosotros.
“¿Quién moverá la piedra?” (Mc 16,3)
Miremos hoy con esperanza que la piedra de nuestros sepulcros puede ser movida, no por nuestras fuerzas, sino por la del Señor y por la comunidad que nos rodea.
Que la alegría se dibuje en nuestros rostros, que sepamos comunicar, en nuestras familias y entre nuestros amigos, tan gran noticia.
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” (Lc 24,5)
En nuestra vida, las búsquedas por ser feliz, por tener paz, por sentirnos valiosos, por “ser alguien”, por tener cosas, casas, títulos… han tenido recorridos y puertos no siempre certeros.
Como decía san Agustín:
“Y pensar que, en todas esas cosas, a quien te buscaba realmente era a Ti, mi Señor.”
Buscamos fuera lo que en realidad está dentro de nosotros:
“El Reino de Dios está dentro de ti” (Lc 17,20-21).
Como aquella mujer que perdió la moneda (Lc 15,8-10) y la buscaba con desazón por la casa, cuando la encontró hizo una fiesta.
A veces pasamos la mitad de la vida buscando la moneda donde no está, y la segunda mitad se torna en una tarea espiritual: buscarla donde sí está, en Jesús, dentro de nosotros.
Por tanto, en esta Pascua de Resurrección, no busquemos entre los muertos al que vive.
Mira dentro de ti y encontrarás signos de vida que te harán exultar en ¡alabanza y gozo!
P. Luis Murillo
