Comunidades de encuentro formadas por personas con discapacidades mentales, sus familias y amigos, en especial jóvenes, que se reúnen con regularidad y desde una perspectiva cristiana, para compartir su amistad, rezar juntos, festejar y celebrar la vida.
Cada comunidad forma parte de la parroquia o de las parroquias de sus miembros. Fe y Luz es un movimiento comunitario nacido en el corazón de la Iglesia Católica y es un movimiento ecumenico. Se fundó con la convicción de que las personas que tienen una discapacidad mental han sido elegidas por Dios para confundir a los sabios y a los fuertes. Su espíritu es el del Evangelio, el espíritu de compasión y de acogida del sufrimiento humano.
Cada comunidad quiere formar parte de la parroquia o de las parroquias de sus miembros. Fe y Luz quiere entonces ser una señal de que las personas más pobres, y a menudo más rechazadas, están en el corazón de la Iglesia. Además, cada comunidad está emparejada con una comunidad religiosa. Ellas son mutuamente en la oración.
«Fe y Luz está fundada en la convicción de que toda persona que tiene une limitación es una persona en el más amplio sentido de la palabra y tiene todos los derechos de un ser humano : derecho, sobre todo, a ser amada, reconocida y respetada en su ser y en sus opciones. Fe y Luz cree que toda persona, válida o con discapacidad, es amada por Dios y que Jesús vive en ella.» (Carta II, 1)
Jesús, tú has venido a nuestra tierra
para revelarnos a tu Padre, nuestro Padre,
Y para enseñar a que nos amemos los unos a los otros.
Envíanos el Espíritu Santo que nos has prometido.
Que Él haga de nosotros,
en este mundo de guerra y de división,
instrumentos de paz y de unidad.
Jesús, tú nos has llamado a seguirte
en una comunidad de Fe y Luz.
Queremos decirte «sí».
Queremos vivir una alianza de amor
en esta gran familia que nos has dado,
para compartir nuestros sufrimientos y dificultades,
Nuestras alegrías y nuestra esperanza.
Enséñanos a aceptar nuestras heridas y nuestra debilidad,
para que en ellas se despliegue tu poder.
Enséñanos a descubrir tu rostro y tu presencia
en todos nuestros hermanos y hermanas,
especialmente en los más débiles.
Enséñanos a seguirte por el camino del Evangelio.
Jesús, ven a vivir en nosotros y en nuestras comunidades
como viviste en María.
Ella fue la primera en acogerte dentro de sí.
Ayúdanos a permanecer siempre de pie, con ella, al pie de la cruz.
junto a los crucificados del mundo.
Ayúdanos a vivir de tu Resurrección.
Amén.
Para más información visitar la página web de Fe y Luz