El Domingo de Resurrección irradia esperanza y renovación. En este día de júbilo, celebramos la victoria sobre la muerte. Nos congregamos en las misas para proclamar con alegría: ¡Cristo vive! Su resurrección nos llena de fe y nos impulsa a vivir con plenitud y amor. Participar en estas celebraciones nos une en comunión, recordándonos que la vida triunfa sobre la oscuridad. ¡Ha resucitado! ¡Aleluya! Que esta verdad nos inspire a compartir la luz y la esperanza con todos los que nos rodean.