En un intento de vivir plenamente el lema parroquial de este curso: «Crear comunidad al estilo de Jesús», los grupos de pastoral de la salud, vida ascendente y liturgia nos hemos unido para realizar una mini peregrinación, acompañados por nuestro vicario parroquial, D. Alejandro Carrara. Aunque fue solo un día, tenemos mucho que agradecer, y todos regresamos a casa contentos y algo cansados.
Iniciamos nuestro trayecto hacia Ávila, el sábado 15 de junio, en una bonita y soleada mañana, con una oración en el autobús, encomendándonos a Dios para el viaje. No podía faltar la presencia de Santa Teresa de Jesús, recitando su conocido: «Nada te turbe, nada te espante…». Este viaje no solo tenía un propósito cultural, sino sobre todo espiritual, guiado por las enseñanzas y el ejemplo de Santa Teresa, cuya vida y obra nos invitan a una profunda reflexión sobre nuestra fe y compromiso cristiano.
Con la intención de ser un grupo inclusivo y consciente de que no caminamos solos, sin darnos cuenta, hemos seguido las cinco dimensiones del lema parroquial:
- Primerear, tomar la iniciativa. Nuestro vicario parroquial estuvo al tanto de todo para facilitar el avance del grupo y cuidar cada detalle. Su dedicación y liderazgo hicieron que cada uno de nosotros se sintiera acompañado y apoyado en todo momento.
- Involucrarse, no quedarse fuera con simples palabras. Nos adaptamos a los diferentes ritmos, intentando que las personas que iban un poco más despacio marcaran el ritmo. Esta actitud nos permitió vivir la experiencia de forma solidaria y respetuosa, fomentando la verdadera comunidad.
- Acompañar, una misión de presencia: Disfrutamos de encuentros, diálogos compartidos, risas, anécdotas y la oportunidad de conocernos mejor entre nosotros. Estos momentos de convivencia fortalecieron nuestros lazos y nos hicieron sentir parte de una gran familia.
- Fructificar, un camino de fecundidad: Lo primero que observamos fue la espectacular muralla que rodea la ciudad. También visitamos la Catedral de Cristo Salvador y el Convento de Santa Teresa, donde hicimos una foto de grupo, declarado Monumento Nacional, es una de las iglesias más bonitas de Ávila. El camino del convento a la catedral transcurrió por el Paseo del Rastro, un paseo del siglo XIX en el que pudimos sentir la sombra de almendros y de castaños de indias, con un majestuoso olmo en el centro. El Museo de Santa Teresa, instalado en la cripta de la iglesia y convento que lleva su nombre, nos permitió conocer su vida y su mensaje. Disfrutamos de la persona que nos acompañó en nuestra visita al museo, Ana, de su pasión, entrega y conocimiento impresionante de la vida de la Santa. También del relato de la convivencia y amistad que mantuvo con San Juan de la Cruz y de sus diálogos profundos en el locutorio. Posteriormente estuvimos en el Monasterio de la Encarnación, llenándonos de espiritualidad. Como nos decía el P. Alejandro, esto es un viaje espiritual más que cultural, y así ha sido. Cada lugar que visitamos nos acercó más a Dios y a la figura de Santa Teresa, recordándonos la importancia de vivir una vida llena de fe y servicio.
- Festejar, celebrar la vida. Compartimos una maravillosa comida en el CITeS (Universidad de la mística), un amplio edificio en donde existe una colección de estudios Teresiano-Sanjuanistas. Finalmente, cantamos el cumpleaños feliz al P. Alejandro. En el camino al Monasterio de la Encarnación disfrutamos de una suave brisa y de una temperatura muy agradable, mientras al fondo se veía perfectamente la grandiosidad de la muralla de Ávila, el recinto medieval mejor conservado de España y probablemente de toda Europa. Posteriormente celebramos la Eucaristía en el Monasterio de la Encarnación, en la Capilla de la Transverberación, donde puede leerse la siguiente inscripción en el suelo: “La tierra que pisas es Santa”, también pudimos orar delante de la celda de Santa Teresa. En la misa, el P. Alejandro nos regaló un escapulario bendecido a cada miembro del grupo, un símbolo de protección y fe. Este gesto nos llenó de alegría y nos recordó el amor y la entrega de nuestra comunidad parroquial.
En este pequeño peregrinaje, hemos podido experimentar y vivir el verdadero sentido de ser comunidad, siguiendo el ejemplo de Jesús. Agradecemos a todos los participantes y a nuestro vicario por su dedicación y entrega. También agradecemos a nuestro párroco y comunidad parroquial que nos han sustentado con su oración. Que esta experiencia nos inspire a seguir caminando juntos, siempre al estilo de Jesús.
La visita a Ávila y el contacto con la figura de Santa Teresa de Jesús han sido un recordatorio de la riqueza de nuestra fe y de la importancia de vivirla en comunidad. Santa Teresa, con su profunda espiritualidad y su incansable trabajo en favor de la Iglesia, nos motiva a buscar siempre a Dios en nuestras vidas cotidianas y a compartir esa búsqueda con quienes nos rodean. Su ejemplo de vida, de oración constante y de amor por los demás, es una guía para todos nosotros en nuestro camino de fe.
Que sigamos creando comunidad, apoyándonos mutuamente y viviendo nuestra fe de manera auténtica y comprometida, al estilo de Jesús y con la inspiración de Santa Teresa de Jesús.
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Equipos de Pastoral de la salud, vida ascendente y liturgia