Queridos hermanos:
En estos días de Navidad, quiero saludaros con gran afecto, deseando que haya paz en vuestros hogares, bendiciones para la familia y principalmente que el Niño de Belén nos enseñe la sencillez y pequeñez que nos hace grandes delante de Él.
Son días para reunirse y celebrar que Dios habita en nuestros corazones. Días para agradecer, para festejar su presencia en nosotros. También para anunciar que la paz y la justicia en el mundo son posibles, llevemos el mensaje de esperanza de Jesús a cada persona con quienes nos encontremos, para que como Isabel cuando se encontró con María, salten de gozo porque Dios los visita por medio de nuestro cariño.
¡Feliz Navidad!
P. Luis Murillo