El martes 28 de octubre iniciaremos un tiempo de gracia para nuestra parroquia, un camino de formación que quiere transformar nuestra mirada y renovar el corazón. Este curso 2025-2026 se abre ante nosotros como una invitación a crecer, a dejar que la fe se vuelva aprendizaje compartido y a descubrir en comunidad la alegría de creer.
El primer módulo, La alegría del Evangelio, nos llevará al centro del mensaje cristiano: el gozo que brota del encuentro con Cristo. Nuestros vicarios parroquiales, don Adrián y don Apolinar, junto con doña Margarita, nos acompañarán para adentrarnos en este documento que es más que un texto: es un impulso de vida que anima, renueva y fortalece la misión de la Iglesia. Que cada sesión nos ayude a vivir la fe con entusiasmo, a encontrar en el Evangelio esa alegría serena que enciende la esperanza y hace fecundo el servicio cotidiano.
El segundo módulo nos invitará a contemplar el Apocalipsis, ese libro que, leído con fe, revela la esperanza más luminosa. Don Adrián y don Luis serán nuestros guías en este viaje simbólico y profético donde la victoria del amor de Dios se despliega ante nuestros ojos, sanando la historia y nuestra propia historia. Cada palabra nos recordará que la esperanza no es un sentimiento frágil, sino la certeza de que el futuro pertenece a Aquel que vence y redime.
El tercer módulo, tan esperado y entrañable, se centrará en la felicidad. Nuestro párroco don Luis nos ayudará a descubrir que la felicidad no se compra ni se alcanza entre ruidos, sino que germina cuando el alma se aquieta y se encuentra con la verdad profunda de Dios. Psicología y espiritualidad se dan la mano para mostrarnos que la alegría auténtica florece en lo sencillo, en la gratitud y en la paz que brota de saberse amado.
Las sesiones se celebrarán de forma quincenal para dejar espacio a la escucha y a la oración, para que lo aprendido se convierta en vida. Deseamos que esta formación sea una semilla de fe madura, que fortalezca nuestra comunidad y nos impulse a vivir con esperanza. Comenzamos este curso con alegría y confianza, sabiendo que Dios camina con nosotros, renovando nuestro ser y nuestro servicio día tras día.

