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V Domingo de Pascua
Juan 14,1-12 “Yo soy el camino la verdad y la vida”.
Jesús inicia diciendo a sus discípulos: “no se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí”. ¡qué bien sabe Jesús que nuestro corazón se turba con facilidad, ante las eventualidades de la vida!. Santa Teresa decía: “Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta”. Todo lo que pasa en nuestra vida, tiene un propósito para aprender. La sabiduría de la vida no reside en tener muchos años, o tener mucha experiencia en algo, sino aprender de los años y de las experiencias vividas. En los momentos difíciles, es necesario creer en Dios, fiarse de Él, y pedirle que nos enseñe aquello que tenemos que aprender en la vida. Felipe pregunta a Jesús: ¿cómo podemos saber el camino?. A lo que Jesús le responde: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”
👉 Desde el amor: pedir al Señor que en los momentos en que hemos perdido pie, cuando no sabemos el camino porque nuestro corazón se ha turbado, sea Él, en oración quien nos muestre que todo lo que sucede “es para bien de los que Él ama”.
👉 Desde la fe: ya no solo se trata de creer en Dios, sino de ¡creerle a Él!. Creer en su promesa, que nos acompaña por “cañadas oscuras, y de su mano, nada temo”.
👉 Desde la esperanza: Pedir al Señor tener una mirada que me haga ver que “todo pasa”, y ayude a mi corazón a no desesperar en los momentos difíciles.
P. Luis Murillo Madrigal