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Bautismo del Señor
“Tú eres mi hijo muy amado en quien me complazco”

Nos dice Hechos de los Apóstoles que “Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos porque Dios estaba con él». Y Lucas nos recuerda que el día del Bautismo del Señor se escuchó la voz “Tu eres mi hijo muy amado en quien me complazco”. Hoy es un día para recordar nuestro bautismo, momento en que Dios nos hace sentirnos hijos amados y se complace en nuestra existencia. Es un momento para recuperar nuestra misión como la de Jesús: “pasar haciendo el bien a lo largo de nuestra vida”.

Busco tu rostro (Fe)
Siente dentro de ti esa fuerza del Espíritu, que te impulsa a pasar por esta vida haciendo el bien.
👉 Estamos llamados a curar, sanar el dolor de los oprimidos, sabiendo que Dios está con nosotros. Al final de nuestra vida sería bello reconocer que fuiste una persona “llena de Espíritu Santo, que pasó por esta vida haciendo el bien, porque Dios estaba dentro de ti”

¡Venga tu Reino! (esperanza)
“Tú eres mi hijo muy amado”. Sentirse amado es el punto de partida de todo amor. Somos hijos amados, aunque quizás en nuestra historia hay momentos de desamor, de desilusión, donde quizás se aprovecharon de nosotros, o nos hicieron sentir no amados.
👉 Es momento de escuchar esa voz interior del Amor: “Eres mi hijo Amado”

Vete y haz tu lo mismo: (Caridad)
“Jesús pasó sanando a los oprimidos”: Cada paso que damos han de ser pasos que dejan huella de sanación, de curación, de alivio en los demás.
👉 Encontramos muchos oprimidos por la enfermedad, por la injusticia social, por el machismo, por la economía. ¿A quiénes de los más cercanos tengo que ofrecer alivio y curación?

P. Luis Murillo