Domingo de Resurrección
Llegó el Gran Día, qué gozo y alegría siente el pueblo de Dios al saber que Jesús está vivo, al celebrar la vida con mayúsculas. Que Belleza ver amanecer y sentir que no estamos solos, sino que Jesús se hace presente en nosotros. Que este día sea luminoso en nuestros corazones, que llevemos la buena noticia de la Presencia de Jesús a cada rincón por donde andemos.
A veces como los discípulos o María Magdalena, caminamos en las madrugadas de la vida con desesperanza, pero Jesús se hará el encontradizo, y como a la Magdalena, nos llamará por nuestro nombre, en el mismo jardín que perdimos la ilusión de la vida. Pronunciará nuestro nombre porque conoce nuestra historia de decepciones, y ahí mismo nos devolverá la ilusión, la alegría y la esperanza de la vida.
👉Desde la fe: confiar siempre en su presencia en nuestras vidas.
👉Desde la esperanza: pedir en oración como lo hiciera Pablo “quiero experimentar el poder de tu resurrección” (Filipenses 3, 10)
👉Desde el Amor: Escuchar en mi interior cómo Jesús pronuncia mi nombre, como lo hizo con María Magdalena, y escuchar su amor y cómo me conoce desde el momento que nací y me anuncia su Presencia y su Vida.
P. Luis Murillo