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XIX Domingo T. Ordinario (Juan 6, 41-51)
En el Evangelio de Juan 6, 41-51, Jesús revela su identidad como el pan vivo que descendió del cielo. Sin embargo, algunos de los presentes no pueden aceptar esta afirmación y murmuran entre ellos.
Jesús les anima a abrir sus corazones y creer en Él como el único camino hacia la vida eterna. Este pasaje nos desafía a superar nuestras dudas y resistencias, y a acoger a Jesús como el alimento que sacia nuestra hambre espiritual y nos lleva a la comunión con Dios.
Desde la fe:
¿Cómo podemos superar nuestras dudas y resistencias para creer verdaderamente en Jesús como el pan vivo que nos ofrece vida eterna?
Desde la esperanza:
¿Cómo podemos encontrar esperanza en la promesa de Jesús de que aquellos que comen su carne y beben su sangre tienen vida eterna, y que Él los resucitará en el último día?
Desde la caridad:
¿Cómo podemos compartir el pan vivo que es Jesús con aquellos que nos rodean, ofreciéndoles la oportunidad de experimentar la vida abundante que Él ofrece?