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Domingo XI del tiempo Ordinario 

“La mies es abundante, los obreros pocos” Mateo 9, 36-10,8.

La llamada de Jesús a los doce discípulos es una invitación para que recordemos también nuestra llamada como discípulos. Hoy Jesús invita a quien es discípulo suyo a “ir más allá de Israel”, para curar, resucitar, limpiar heridas. Que hermosa misión la que nos ha otorgado Jesús.

Curar: Es de las acciones más duras y bellas a la vez, Acercarse a quien está herido, física o emocionalmente no es tarea fácil. Requiere de mucho tacto, cariño, paciencia, y curar con delicadeza. También por supuesto es necesario que la otra persona permita ser curada

Resucitar: significa “levantar”, hay muchas oportunidades de levantarnos y levantar corazones caídos en la tristeza, el agobio o preocupaciones. Dar nueva vida a quien siente que la vida se ha apagado para él.

Limpiar leprosos: es el momento de la compasión. La lepra creaba estigmas sociales para quien la padecía. Hoy tenemos a muchos estigmatizados, que los miramos como leprosos. Nos pide Jesús, limpiar su dignidad, su vida, hacer que se sientan tan hijos de Dios y de la vida como cada uno de nosotros nos sentimos.

P. Luis Murillo Madrigal