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VII domingo de Pascua
Ascensión del Señor (Mateo 28,16-20)
Para reflexionar este evangelio utilizaremos las cuatro frases principales del texto:
“Fueron al monte que Jesús les había indicado”: como buenos discípulos sabían muy bien que los lugares en que Jesús convoca, son lugares de manifestación de su amor. ¿en qué lugares me convoca Jesús en estos momentos de mi vida? ¿ahí, en ese lugar, cómo se manifiesta? No olvidemos que son lugares cotidianos donde Jesús suele manifestarse.
“Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron”: postrarse es signo de adoración, de reconocimiento del Señorío de Jesús. Postrarse es signo de que como creatura reconozco mi lugar, y no me endioso. Se postraron los reyes magos, se postraron centuriones, se postraron enfermos, ¿y tú, permites que tu ego se postre? ¿eres de los que dudan en hacerlo, porque tu ego desea endiosarse?
“Id y bautizad en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo”: Hoy Jesús nos envía a bautizar, palabra que en griego significa: sumergirse. Lo que Jesús nos pide, no es solo procurar que otros tengan el sacramento del bautismo, sino que sumerjamos a la creación entera en su Nombre, que empapemos esta tierra de su misericordia, que sumergiendo este mundo se refresque con sus valores de justicia y paz. Que tu familia sea sumergida, empapada y refrescada en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
“yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo”: Que confianza nos da sentirnos acompañados por la Presencia del Señor. ¡¡Vaya promesa!!!, estará con nosotros hasta el final de los tiempos. Aunque a veces no percibimos su presencia, eso no indica que Jesús no esté con nosotros. No olvidemos que Él es el Enmanuel, “Dios con nosotros”.
P. Luis Murillo Madrigal