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Ser Pescadores de Hombres
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Esta es la invitación del Evangelio. Salir a pescar en el mar, requiere no solo de destreza sino de paciencia, tiempo y dedicación. La pesca no depende del pescador, sino de los peces, que se sientan atraídos y se dejen coger. Atraer a otros a Jesús, requiere de paciencia, y principalmente de entregar un mensaje donde la persona se sienta amada por Dios. A veces somos muy impacientes, y creemos que el esposo, la esposa o hijos deberían convertirse de inmediato. La tarea no es fácil. El acercamiento a Jesús tiene como resultado: “El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».
Desde la Fe:
👉«Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo» (I Cor. 1,10ss). ¿Atraigo a otros hacia Jesús, o hacia mí mismo para que mi ego se sienta satisfecho? Fácilmente corremos el riesgo de seguir a personas, evangelizadores o sacerdotes, por la afinidad que tenemos con ellos, y se nos olvida que seguimos únicamente a Jesucristo, a Él y a nadie más. ¿A quién sigo yo?
Desde la Esperanza:
👉¿Cuánta paciencia tengo para atraer a otros hacia Jesús? ¿mi testimonio como persona, es atrayente para que otros decidan seguir a Jesús?
Desde la Caridad:
👉¿A quiénes deseo atraer hacia Jesús? ¿quiero que la luz de Jesús brille en sus vidas y alumbre sus tinieblas?
P. Luis Murillo