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Tercer domingo de Cuaresma Lc.13,1-9
Jesús ante la pregunta de la salvación, manifiesta que es totalmente gratuita. Que no depende de lo que hacemos nosotros para merecerla. Pone el ejemplo de experiencias de personas que murieron de forma accidental o inocente, e insiste que no les sucedió esto porque fueran más pecadoras que nosotros. A veces el merecimiento o castigo ronda nuestra espiritualidad cristiana. Al final vemos la misericordia de Dios, en el ejemplo de la higuera, a la cual le da otra oportunidad. Así es Dios con nosotros, siempre nos da una oportunidad, y esa es la cuaresma, oportunidad de amor de Dios.
Desde el amor: Agradezcamos al Señor su paciencia como con la higuera.
Desde la fe: Confiemos en que su paciencia dará fruto en nosotros.
Desde la esperanza: Que siempre tengamos esperanza en nuestro cambio y en el de nuestros hermanos.