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III DOMINGO DE PASCUA

‘Los discípulos de Emaús’

En este relato hay tres preguntas: la primera la hace Jesús a los discípulos de Emaús: ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? Muchas veces tenemos diálogos interiores con nosotros mismos, esas conversaciones en las que le damos vuelta a las decepciones de la vida, a aquello que no pudo ser, a lo que esperábamos. Otras veces nos juntamos con amigos a quejarnos de cómo están las cosas, a pensar que Dios se ha olvidado de nosotros. Jesús se interesa por esta conversación, tiene respuesta a nuestras preguntas.

La segunda pregunta es de los discípulos de Emaús: ¿eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días? Esta pregunta se asemeja a las nuestras, cuando en oración sentimos que Jesús no nos escucha, y le decimos, ¿eres tú el único que no se ha enterado lo que le pasa a mi hija?, ¿eres tú el único que no sabes lo que ha pasado en mi familia estos días? Y en la oración comenzamos a explicarle a Jesús como si él no supiera lo que necesitamos.

La tercera pregunta se la hacen los discípulos a sí mismos: ¿no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las escrituras? Es necesario cuestionarnos a nosotros mismos cuanta repercusión tiene en nosotros lo que Jesús en oración nos explica sobre lo que nos sucede. Estos discípulos regresaban decepcionados de Jerusalén porque después de tres días no habían visto la resurrección de Jesús. Sentían que sus promesas no se habían cumplido.

👉Desde la Fe: Pedir esta semana a Jesús que nos explique en oración, aquello que no entendemos de nuestras vidas. Abrir el corazón para acoger la respuesta de Jesús.

👉Desde la esperanza: Confiar en que nuestras conversaciones interiores también interesan a Jesús, y antes de que le digamos lo que necesitamos, él sabe bien lo que es mejor para nosotros.

👉Desde el amor: Tener oídos de iniciado, para acoger las quejas del camino de los que nos rodean, como aquellos discípulos fueron acogidos por Jesús.

P. Luis Murillo Madrigal