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La Sagrada Familia
Hoy el evangelio nos presente a la familia de Nazaret: Jesús, José y María. Hoy un día muy bello para agradecer por cada miembro de nuestra familia. A veces tendemos a idealizar a los miembros de nuestra familia, pero nos damos cuenta que la familia perfecta no existe. ¿Qué celebrar hoy, si quizás nuestras familias están rotas, dolidas, o no son lo que esperábamos?
La palabra familia entre otras acepciones, se dice que fue utilizada por los romanos, para designar aquellos “que se nutren bajo el mismo techo”. Todos provenimos de una familia, cuyas características pueden variar mucho. Sin embargo a la familia le debemos para bien o para mal, lo que somos ahora. Ahí nos hemos nutrido de afecto, cariño, hemos aprendido a estar en la vida. Lo sagrado de cada familia está en cada miembro que la compone. Cada uno lleva el sello de Dios. Aunque vengan dificultades, o problemas, la presencia de Dios en nuestras familias continua siempre. Por supuesto que además de nutrirnos, habrá habido más de algún empacho familiar que nos tocará sanar a lo largo de nuestra vida.
Pidamos hoy a José, María y Jesús, que tomen de su mano nuestras familias, que pese a nuestras diferencias mantengamos al menos la actitud de hacernos el bien los unos a los otros. Pidamos por tantas familias rotas, por tantas familias inmigrantes, desesperadas, o con dificultes económicas.
Desde la fe: confiemos en que Dios dará a nuestras familias el discernimiento para obrar de la mejor manera en cada momento.
Desde el amor: sanemos el amor dolido que quizás nos ha dejado nuestras relaciones familiares.
Desde la Esperanza: que esta sociedad valorice cada vez más a la familia como fundamento de valores necesarios para construir la vida.