Santa Teresa expresó: “humildad es andar en verdad”. Cada uno de nosotros tenemos nuestra verdad interior que Dios conoce. Esa verdad de nuestra vida está hecha de luces y sombras personales.
Lucir solo nuestras cualidades no es nuestra verdad completa, lo mismo que pensar solo en nuestros defectos tampoco hace honor a nuestra verdad. Somos lo uno y lo otro, eso nos hace completos delante del Señor.
Nuestro ego suele presumir de cualidades que esconden los defectos y es cuando perdemos humildad. Por otra parte nuestra baja estima nos hace pensar que solo tenemos defectos y eso es una falsa humildad.
Hay tres palabras que tienen la misma raíz “humus”. Humildad, humor y humanidad. Ante nuestras luces y sombras, una cosa buena es poner humor en nuestras vidas. Como bien dice una bienaventuranza oriental: “bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque nunca le faltarán motivos”, reírse de sí mismo es muy saludable. De esta manera nuestra humanidad crecerá y estará unida a la humildad.
P. Luis Murillo