Por una Iglesia abierta a todos
Recemos para que la Iglesia, fiel al Evangelio y valiente en su anuncio, viva cada vez más la sinodalidad y sea un lugar de solidaridad, fraternidad y acogida
El camino sinodal que estamos recorriendo entra en su segunda etapa. En esta etapa el objetivo es el mismo: “hacer sínodo”. Es decir, “caminar juntos”. “No se trata de recoger opiniones, ni hacer un parlamento”, nos explica Francisco en su Vídeo de este mes, ofrecido por la Red Mundial de Oración del Papa, sino “escucharse entre sí en nuestra diversidad y abrir puertas a los que están fuera de la Iglesia”. Y con la escucha del “protagonista, que es el Espíritu Santo”, lo que supone orar, el Sínodo se puede convertir en una “oportunidad para ser una Iglesia de la cercanía, que es el estilo de Dios”.
“¿Qué significa “hacer sínodo”? Significa caminar juntos: sí-no-do. En griego es eso, “caminar juntos” y caminar en la misma dirección. Y esto es lo que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Que retome la conciencia que es un pueblo en camino y que debe hacerlo junto. Una Iglesia con este estilo sinodal es una Iglesia de la escucha, que sabe que escuchar es más que oír. Es escucharse entre sí en nuestra diversidad y abrir puertas a los que están fuera de la Iglesia. No se trata de recoger opiniones, ni hacer un parlamento. El sínodo no es una encuesta; se trata de escuchar al protagonista, que es el Espíritu Santo, se trata de rezar. Sin oración, no habrá Sínodo. Aprovechemos esta oportunidad para ser una Iglesia de la cercanía, que es el estilo de Dios, la cercanía. Y demos las gracias a todo el pueblo de Dios que, con su escucha atenta, está recorriendo un camino sinodal. Recemos para que la Iglesia, fiel al Evangelio y valiente en su anuncio, viva cada vez más la sinodalidad y sea un lugar de solidaridad, de fraternidad y de acogida”.
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