El domingo 25 de septiembre celebramos la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado instituida por la Iglesia en el 1914 para trasladar a la atención y a la plegaria de las Comunidades eclesiales y civiles la realidad de los migrantes y de los refugiados. Se trata de una ocasión para demostrar la cercanía a las personas en movimiento, para rezar por ellas mientras afrontan muchos desafíos y para aumentar la consciencia sobre las oportunidades ofrecidas por la migración.

Este año el lema elegido por el papa Francisco es “Construir el futuro con los migrantes y los refugiados”.

Es una Jornada, explica el papa Francisco en su mensaje para este año, para recordar que la presencia de los migrantes y refugiados es una ocasión de crecimiento cultural y espiritual para todos.

“Gracias a ellos tenemos la oportunidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad. Podemos madurar en humanidad y construir juntos un nosotros más grande”.

Todos estamos llamados a comprometernos en la “construcción de un futuro más acorde con el plan de Dios, de un mundo donde todos podamos vivir dignamente en paz”, donde nadie sea excluido, incluidos “migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata”.

Este proceso de construcción de un futuro juntos va más allá de abrir puertas y acoger, implica también “reconocer y valorar lo que cada uno de ellos puede aportar al proceso de edificación”, pues las personas migrantes y refugiadas son “fuente de enriquecimiento” para tener una sociedad más diversa y global. Además, “compartir expresiones de fe y devociones diferentes es una oportunidad para vivir con mayor plenitud la catolicidad del pueblo de Dios”.

 

 

 

 

 

Señor, haznos portadores de esperanza,
para que donde haya oscuridad reine tu luz,
y donde haya resignación renazca la confianza en el futuro.

Señor, haznos instrumentos de tu justicia,
para que donde haya exclusión, florezca la fraternidad,
y donde haya codicia, florezca la comunión.

Señor, haznos constructores de tu Reino
junto con los migrantes y los refugiados
y con todos los habitantes de las periferias.

Señor, haz que aprendamos cuán bello es
vivir como hermanos y hermanas. Amén.

 

👉 MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 108ª JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO 2022