El 25 de marzo la Cofradía de Santiago visita a San Isidro.
A pesar de que el día amaneció gris e incluso nos encontramos niebla por el camino, al llegar a Madrid, el Señor nos regaló un día soleado.
Fue una lástima no poder visitar la iglesia de San Andrés y la Capilla del Obispo porque están en obras. Creo que ha sido una sensación unánime cuando digo que es increíble cómo algunos rincones de Madrid todavía nos pueden sorprender y un claro ejemplo de ello, fue la Capilla de la cuadra de San Isidro, desconocida por la mayoría de los cofrades.
Hay que felicitar al guía de la Cofradía de San Isidro, Jorge, por su amabilidad y conocimientos, pero sobre todo, por el amor que siente a San Isidro y por transmitírselo a los peregrinos.
Algunas de las grandes enseñanzas sobre San Isidro Labrador, que ya vimos en la conferencia que dio D. Apolinar, y que a lo largo de la visita se repitió en varias ocasiones, es la confianza que San Isidro tenía ante cualquier dificultad en la providencia de Dios y los cuatro pilares en que basaba su vida: Oración – Familia – Trabajo – Caridad
En la misa del peregrino pudimos compartir el interés por el Santo, incluso hubo folklore popular, junto a otras cofradías y asociaciones. También tuvimos la suerte de encontrarnos con que era nuestro Vicario, Juan Carlos, el que celebró la eucaristía, en la que se pidio al Señor, la protección y el cuidado de la vida desde la concepción hasta la muerte.
Contentos por pasar una bella mañana, en torno a San Isidro y porque el nombre de nuestra Cofradía de Santiago Apóstol de Villalba resonara en la bella Colegiata de San Isidro, pedimos a San Isidro, para que nuestras familias sigan el ejemplo de su familia y que envíe algo de lluvia sobre los campos de España.