La importancia de los abuelos en la iglesia y en la vida de las familias es un tema de profunda relevancia y trascendencia. En su mensaje para la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que este año se celebra el 28 de julio, el Papa Francisco resalta esta importancia bajo el lema “En la vejez no me abandones” (cf. Sal 71,9). El Papa subraya la voluntad divina de acompañar y cuidar a todos sus hijos en cada etapa de la vida, destacando especialmente la necesidad de no abandonar a las personas mayores. El papa Francisco estableció en 2021 la celebración de esta Jornada el cuarto domingo de julio, en torno a la fiesta, el día 26, de los Santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús.

En nuestra sociedad actual, muchos ancianos sufren soledad y son descartados debido a decisiones políticas, económicas, sociales o personales que no reconocen su dignidad inherente. La cultura individualista ha erosionado los lazos familiares y sociales, dejando a muchos ancianos solos y desamparados. Es crucial rechazar la percepción de que los mayores representan una carga para la sociedad y, en cambio, reconocer el valor y la sabiduría que aportan a la comunidad.

El Papa Francisco utiliza el relato bíblico de Rut y Noemí para desafiar las convenciones sociales que marginan a los ancianos, promoviendo la solidaridad intergeneracional. Rut, al elegir permanecer junto a Noemí, nos muestra que la compañía y el cuidado mutuo pueden transformar la vida de ambos. Este ejemplo nos invita a seguir mostrando ternura y apoyo a los abuelos y mayores de nuestras familias, contrarrestando la actitud egoísta que conduce al descarte y la soledad.

Además, en su mensaje, el Papa Francisco concluye con una llamada a la oración como acto de solidaridad y comunión en la fe, pidiendo a los ancianos que recen por él.

Es fundamental también destacar el papel pastoral de los abuelos, especialmente de las abuelas, en la transmisión de la fe. El obispo Pierre-Antoine Bozo de Limoges ha reconocido que muchas conversiones recientes en Francia no se deben a estrategias pastorales, sino a la mediación de las abuelas. Este fenómeno destaca cómo las abuelas, con su testimonio de fidelidad, siembran en los corazones la semilla de la fe.

La Palabra de Dios es fecunda y arraiga en los corazones que la reciben, tantas veces sin precedentes que expliquen el fruto de la conversión. Los abuelos, con su presencia constante y su sabiduría acumulada, son canales de esa gracia divina, ayudando a sus familias y a la comunidad a mantener viva la llama de la fe.

Nuestros mayores no solo son pilares de nuestras familias, sino también de nuestra fe. Nos enseñan, a través de su ejemplo y su oración, la importancia del cuidado mutuo y la solidaridad intergeneracional. En la iglesia y en la vida diaria, su papel es insustituible, y debemos valorar y acompañar a nuestros mayores con el mismo amor y ternura que ellos nos han dado a lo largo de los años.

Puedes leer el mensaje del papa en el siguiente enlace: https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/nonni/documents/20240425-messaggio-nonni-anziani.html