El martes, 11 de octubre, el Papa Francisco ha celebrado una misa en honor a San Juan XXIII, quien convocó al Concilio Ecuménico Vaticano II y presidió su sesión de apertura el 11 de octubre de 1962.

“Pedro, ¿me amas? Apacienta mis ovejas”. Sobre estas palabras de Jesús, recogidas en el evangelio de Juan (21,15), el papa Francisco ha construido su homilía durante la celebración por el 60 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.

Una pregunta, “¿Me amas?”, que, tal como ha señalado el Papa, Cristo sigue haciendo a día de hoy a su Iglesia. “El estilo de Jesús no es tanto el de dar respuestas, como el de hacer preguntas, preguntas que interpelan la vida”. Y el Señor, que “habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos”, sigue repitiendo –”y seguirá siempre”– esta pregunta a su Iglesia.

“El Concilio Vaticano II fue una gran respuesta a esa pregunta”, ha señalado Francisco. De hecho, únicamente para “reavivar su amor”, la Iglesia, por primera vez en la historia, “dedicó un Concilio a interrogarse sobre sí misma, a reflexionar sobre su propia naturaleza y su propia misión”. “Y se redescubrió como misterio de gracia generado por el amor, se redescubrió como Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, templo vivo del Espíritu Santo”. 

Os invitamos a leer la homilia del Papa Francisco y redescubrir el Concilio Vaticano II como la oportunidad de “dar la primacía a Dios, a lo esencial, a una Iglesia que esté loca de amor por su Señor y por todos los hombres que Él ama, a una Iglesia que sea rica de Jesús y pobre de medios, a una Iglesia que sea libre y liberadora”. 

El Concilio marca una nueva hoja de ruta a la Iglesia: “la hace volver, como Pedro en el Evangelio, a Galilea, a las fuentes del primer amor, para redescubrir en sus pobrezas la santidad de Dios, para volver a encontrar en la mirada del Señor crucificado y resucitado la alegría perdida, para concentrarse en Jesús”.

El texto de la homilia del Santo Padre se pude leer aquí ⏩ 60 ANIVERSARIO DE LA APERTURA DEL CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II SANTA MISA HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISC

Te damos gracias, Señor, por el don del Concilio.

Tú que nos amas, líbranos de la presunción de la autosuficiencia y del espíritu de la crítica mundana.

Líbranos de la autoexclusión de la unidad.

Tú, que nos apacientas con ternura, condúcenos fuera de los recintos de la autorreferencialidad.

Tú, que nos quieres una grey unida, líbranos del engaño diabólico de las polarizaciones, de los “ismos”.

Y nosotros, tu Iglesia, con Pedro y como Pedro te decimos: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amamos” (cf. Jn21,17).