Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Con profunda alegría me dirijo a todos vosotros en este tiempo de Navidad, un tiempo que nos recuerda el inmenso amor de Dios manifestado en la pequeñez del Niño de Belén. En Jesús, Dios se hace cercano, entra en nuestra historia y nos invita a vivir desde la ternura, la esperanza y la fraternidad.

Este año 2024 ha sido un tiempo de gracia en nuestra comunidad parroquial. Hemos caminado juntos, compartiendo momentos de alegría, enfrentando desafíos y redescubriendo el valor de ser una Iglesia viva y cercana. Aprovecho esta ocasión para dar gracias por vuestra generosidad, vuestro compromiso y por todos los pequeños gestos que hacen de nuestra parroquia un lugar donde se experimenta el amor de Dios.

En este inicio del Jubileo, bajo el lema “Peregrinos de la esperanza”, nos sentimos llamados a renovar nuestra fe y a ser testigos de la Buena Noticia en el mundo. La esperanza cristiana no es una espera pasiva, sino un compromiso activo para construir el Reino de Dios aquí y ahora. En este camino, el Niño Jesús nos muestra el rostro de un Dios que nos ama tal como somos y que nos impulsa a amar a los demás con la misma gratuidad.

En este tiempo de celebración, no olvidemos a los hermanos y hermanas que atraviesan momentos de dificultad. Pensemos en las familias que luchan por llegar a fin de mes, en los ancianos que viven en soledad, en los enfermos que cargan con el peso de su cruz, y en quienes han perdido la alegría de vivir. Que esta Navidad sea una ocasión para llevarles consuelo, compañía y esperanza. Como comunidad parroquial, somos enviados a ser manos que sostienen, corazones que escuchan y voces que anuncian el amor de Dios.

Os animo a que esta Navidad no sea solo un tiempo de luces y villancicos, sino una auténtica oportunidad para dejarnos transformar por el misterio de la Encarnación. Que el Niño Dios nazca en nuestros corazones, en nuestros hogares y en nuestras relaciones, llenándolas de paz y de amor verdadero.

Que esta Navidad nos encuentre unidos en la fe, firmes en la esperanza y ardientes en el amor. Caminemos juntos como peregrinos de la esperanza, dejando que el Emmanuel, Dios con nosotros, sea nuestra guía y fortaleza.

Con cariño y gratitud, os deseo a todos una Feliz y Santa Navidad.

En Cristo, vuestro párroco,

P. Luis Murillo

 

Os compartimos la oración de nochebuena, también de nuestro párroco: