Con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, os ofrecemos el testimonio de la jesuitina Maria Luisa Berzosa, gran defensora del papel de la mujer en la Iglesia, mujer que el Papa Francisco nombró una de las tres mujeres consultoras del Sínodo de los Obispos.
MUJER EN LA IGLESIA SINODAL – MARÍA LUISA BERZOSA FI
Me llamo María Luisa y pertenezco a la congregación de las Hijas de Jesús, de espiritualidad ignaciana, dedicada a la educación. Nací en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, hija de maestro y maestra; hice mis estudios de bachillerato y después unas oposiciones con las que trabajé como funcionaria administrativa en el Ministerio de Información y Turismo.
Esta invitación a hablar de mi experiencia como mujer consagrada en la iglesia de hoy, me lleva a pensar en mi ser de mujer como punto de partida de mi opción de consagrada en esta familia religiosa.
A lo largo del camino he vivido diversas experiencias eclesiales. En Roma, de estudiante, sufrí crisis de fe en una iglesia que mostraba un rostro tan poco amable que me causaba enfado. Quería separarme de ella, no de Jesús … con los años he ido descubriendo que no puedo vivir el seguimiento de Jesús si no es dentro de su iglesia.
En etapas sucesivas ya no me enfadaba pero me dolía y me duele esa situación a veces tan poco evangélica que me ofrece, sin embargo, quiero aportar lo mejor de mí desde dentro, no me quiero ir. Deseo ser parte activa y no mera espectadora.
Si no se me abrían las puertas yo estaba dispuesta a entrar por una rendija, pero para mi sorpresa, en el año 2018 se me abrió de par en par la puerta del aula sinodal y allí participé en el Sínodo de “La fe, los jóvenes y el discernimiento vocacional”; en 2019 el Papa me nombró consultora de la secretaría general del Sínodo de los Obispos; en calidad de tal participé en el Sínodo de la Amazonía.
Ahora formo parte de la Comisión de Espiritualidad, una de las cuatro que colaboran en el proceso sinodal actual. Muy lentamente vamos siendo visibles las mujeres en la iglesia; hay que reconocer en justicia que el Papa Francisco va dando pasos significativos en encomendar diversos campos de responsabilidad en el Vaticano a mujeres, laicas y consagradas.
Pero como el ritmo es tan lento, queda mucho camino por delante. Necesitamos recuperar la iglesia Pueblo de Dios, comunidad de comunidades, eclesiología de comunión, que tuvo su origen en el Concilio Vaticano II y que nos lleve a unas relaciones más igualitarias partiendo del bautismo; miembros de un mismo Cuerpo con funciones distintas, viviendo hondamente la comunión y toda la diversidad como don y la acogida inclusiva como actitud connatural.
Las mujeres son protagonistas de una Iglesia en salida, a través de la escucha y la atención que prestan a las necesidades de los demás, y con una marcada capacidad de sostener dinámicas de justicia en un clima de “calor doméstico”, en los diferentes ambientes sociales en los que obran. (Papa Francisco)
Desde aquí agradecemos a Maria Luisa por haber compartido con nosotros sus palabras y por ser un ejemplo de mujer comprometida con el objetivo de conseguir un mundo sin desigualdades.
¡¡¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!!!