Continuamos con la entrega nº 12: ‘Orar con los salmos’. Con esta entrada llegamos a la última entrada de esta serie del ‘Año de la oración’. En esta ocasión un miembro del equipo sacerdotal comparte con nosotros qué es orar con los salmos y un miembro del Grupo de fe ‘Cristo Roto’ comparte su experiencia.
Entrega nº 12. ¿Qué es orar con los salmos?
Decían los antiguos que la oración es la respiración del alma, un acto fundamental que nutre y acompaña toda experiencia religiosa. Dentro de las numerosas formas de oración, los Salmos se destacan como la voz del Pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, una tradición que la Iglesia, el Pueblo de Dios del Nuevo Testamento, ha abrazado y continuado.
En los Salmos, todo lo creado se une en alabanza a Dios: desde los animales hasta las estrellas del cielo. Los 150 salmos representan la voz de la esposa, la Iglesia, dialogando con el esposo, el Señor. Este diálogo es profundo y variado: a veces se expresa con dolor y sufrimiento, otras veces con alegría y esperanza, y siempre con confianza y acción de gracias.
Hay un salmo para cada circunstancia de tu corazón, cada uno capaz de expresar a Dios el sentimiento más profundo que lo habita. Ese salmo es, en este momento, la palabra que Dios desea escuchar de ti.
Además de servir como una herramienta para la oración personal e íntima, los Salmos son también una parte integral de la oración comunitaria de la Iglesia, vivida en la celebración y la liturgia. Cuando el pueblo entero se reúne para alabar a Dios con los Salmos, se convierte en el gran aliento de la humanidad y de toda la creación, elevando su alabanza a su Señor y Creador.
Que en cada salmo encuentres un refugio, una manera de abrir tu corazón a Dios y de sentirte unido a toda la Iglesia en la alabanza eterna.
Desde el Grupo de fe ‘Cristo roto’, nos ofrecen una experiencia sobre orar con los salmos:
Para mí, la oración de los lunes con el grupo de fe «Cristo roto» es una experiencia profunda de encuentro con el Señor, compartida en comunidad con el grupo y con toda la Iglesia que en todo el mundo reza las vísperas.
Rezar con los Salmos me ha permitido conectar de una manera especial con la oración de las personas del Antiguo Testamento, que se dirigían a Dios expresando su sufrimiento, alegría, esperanzas y alabanzas, siempre con fe y confianza.
Los Salmos son increíblemente actuales porque reflejan lo que vivimos hoy en día. En ellos encontramos una voz para dirigirnos a Dios con nuestras vidas, preocupaciones, penas, dolores, conflictos, alegrías y esperanzas.
Por eso, cada oración ha sido para mí una fuente de gran alegría y un profundo sentimiento de paz y confianza.
Nota: Todas las entregas las podrás ir encontrando en el siguiente enlace: Año de la oración
Queremos aprovechar esta última entrada para expresar nuestro agradecimiento a todos y cada uno de vosotros que habéis formado parte de esta experiencia. Vuestra implicación, ya sea aportando vuestra experiencia práctica en la oración o compartiendo vuestro conocimiento teórico, ha sido inestimable. Todos habéis contribuido a que nuestros diálogos y reflexiones con Dios sean más ricos y significativos.
Gracias por vuestra generosidad y por estar siempre dispuestos a colaborar. Somos conscientes de que no siempre es fácil poner por escrito este tipo de experiencias, y sin embargo, juntos hemos conseguido sacarlas adelante. Gracias por vuestra puntualidad en la entrega y por hacer posible que todo llegara a buen puerto. Vuestro compromiso y dedicación han sido fundamentales para el éxito de este proyecto parroquial.
Nos sentimos muy afortunados de contar con personas tan valiosas y comprometidas en nuestra parroquia. Gracias de corazón por vuestra entrega y por decir «sí» a esta aventura compartida. ¡Sigamos orando, creciendo y aprendiendo juntos!