El sexto domingo de Pascua la Iglesia española nos invita a celebrar la Pascua del Enfermo.

Una celebración que pone fin a la Campaña del enfermo, iniciada el 11 de febrero con la Jornada Mundial con el lema: “Acompañar en el sufrimiento”.

Hay muchos hermanos nuestros que experimentan el cansancio y la soledad ante la enfermedad.

Celebrando la Pascua del Enfermo pongamos en nuestra oración a todas ellas, especialmente las que conocemos, y pidamos por los que – por tener que cuidar de sus enfermos – no pueden participar en esta Eucaristía. Que Cristo Resucitado nos impulse en esta preciosa misión.

Uno de los gestos más repetidos en la Celebración de los Sacramentos es la imposición de las manos. Este rito significa perdón, bendición, transmisión de fuerza, de gracia…
Con este gesto pedimos que el Espíritu Santo descienda al corazón de cada uno de nuestros hermanos que van a recibir el Sacramento de la Unción.
El Óleo Santo es símbolo de fortaleza y de salud; de bienestar y de paz. Por eso lo utilizamos en la Santa unción, Cristo nos tranquiliza, nos fortalece y nos sana con la fuerza de su Espíritu.

¡Oh Cristo, mi buen Samaritano!
Tú que al borde del camino de la vida,
ves mis dolores y sufrimientos
y lleno de piedad y compasión
me recoges con tus manos,
llenas de ternura y de dulzura,
y me cargas suavemente sobre ti,
¡ayúdame a sentirte junto a mí!

¡Oh Cristo, mi buen Samaritano!
Cuídame con tu amor misericordioso,
derrama tu vino sobre mis heridas,
santifícame con la fuerza de tu Santo Aceite,
consuélame con el afectuoso consuelo
que Tú solo nos sabes dar,
y cuando vuelvas en el último día,
¡paga por nosotros lo que te debamos!

¡Oh Cristo, mi buen Samaritano,
nunca te separe de mí!

 

El domingo 22, en nuestra parroquia, hemos celebrado la Pascua del Enfermo con el Sacramento de la Unción.

Las fotos de la celebración se puede ver pinchando en la imagen 👇👇👇