Tras un ligero madrugón, en un sábado 12 de noviembre lluvioso, parte la Cofradía de Santiago Apóstol de Collado Villalba hacia tierras extremeñas. Nos encomendamos al Padre, para que nos cuide en este viaje. Y como era de esperar, así lo hizo; ya a medio camino, los cielos se van despejando, vemos campos verdosos (en contra de los pensamientos que los algo ignorantes de estas tierras podemos pensar), ovejas, cerdos, olivos, … ¡Qué grande es el Señor!
Llegamos a la desconocida Cáparra, atravesada por la Vía de la Plata, en la que pudimos ver las ruinas romanas. La siguiente parada, Plasencia, donde nos alojamos en un estupendo hotel. Tras comer por el centro, iniciamos la visita de la ciudad, con el descubrimiento de un gran guía, no solo por lo que sabe, sino por como lo cuenta y como lo vive.
Tras un pequeño descanso y ya habiendo anochecido, pasamos en dos grupos a la Catedral de Santa María o Catedral «Vieja» para ver las Edades del Hombre “Transitus”, que hace referencia al paso de un lugar a otro, el paso de la vida a la muerte. Una maravilla de arte sacro. Ya, algo cansados, cenamos en el hotel y a dormir, salvo un grupillo de valientes necesitados de conocer el ambiente nocturno de la ciudad.
A la mañana siguiente, tras un espectacular desayuno, partimos hacia el Monasterio de Yuste, en el cual también tuvimos visita guiada. Allí mismo pudimos celebrar la santa misa, en un lugar privilegiado.
Tras parar en Cuacos para reponer fuerzas en un restaurante totalmente recomendable y dar un pequeño paseo, nos pusimos rumbo de vuelta a Collado Villalba.
Gracias Señor, el tiempo fue espectacular, la gente una maravilla y todo lo que pudimos ver y aprender … impresionante.
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