Continuamos con la entrega nº 6: ‘¿Qué es rezar?’. En esta ocasión un miembro del grupo de comunicación nos contará qué es rezar, y a continuación un miembro de la Cofradía de Santiago compartirá su experiencia.
Entrega nº 6. ¿Qué es rezar?
Rezar es una práctica profunda y significativa en nuestra vida. A diferencia de orar, que puede ser una comunicación más espontánea y personal con Dios, rezar generalmente implica el uso de oraciones establecidas y conocidas por la comunidad de fe, como el Padre Nuestro, el Ave María, el Credo, el rosario, novenas, oraciones hechas, liturgia de las horas, etc. Las palabras ya están ahí, establecidas, y eso implica que cuando no nos sale un diálogo espontáneo con Dios podemos usar estas oraciones tradicionales para rezar.
Rezar nos conecta con una tradición milenaria. Cuando recitamos estas oraciones, no solo nos dirigimos a Dios, sino que también nos unimos a millones de fieles a lo largo de la historia y alrededor del mundo. Es un acto de comunión, una manera de formar parte de algo mucho más grande que nosotros mismos.
En el acto de rezar, hay una estructura y un orden que puede ser reconfortante. Como os he comentado las palabras ya están ahí, establecidas, y eso nos libera de la necesidad de encontrar las palabras adecuadas por nosotros mismos. Esta estructura no debe ser vista como una limitación, sino como una guía que nos ayuda a enfocarnos y a entrar en un estado de devoción.
También es una forma de educar nuestro corazón. Al rezar, interiorizamos valores y enseñanzas importantes. Las palabras de las oraciones no solo son peticiones o alabanzas, sino también lecciones de humildad, gratitud y amor. Nos recuerdan nuestras creencias y nos animan a vivir de acuerdo con ellas.
¿Cuál es la diferencia entre rezar y orar?
Ambas son esenciales y complementarias en nuestra relación con Dios. Mientras que rezar es repetir o leer una oración hecha, orar es crear nuevas formas de oración que salen de nuestro corazón, una manera íntima y personal que sale de lo más profundo de ti.
Cuando no salen las palabras, cuando no eres capaz de hacer silencio para escuchar a Dios,… eduquemos a nuestro corazón, recemos y las palabras con Dios surgirán solas.
Desde la Cofradía de Santiago nos ofrecen una experiencia sobre rezar:
Mi experiencia personal con el rezo, comienza por la mañana, con una oración de gratitud que encontré, pero que resonó en mi interior.
Con ella doy gracias por el cuidado de Dios por la noche, por el nuevo día y por la creación que puedo disfrutar viéndola. Agradezco la familia, las personas especiales en mi vida y ofrezco el día para dar a los demás el amor, misericordia y paz que recibo de Él.
Para mí el rezo del Padre Nuestro es el más importante. Siempre me emociona dirigirme a mi Padre Celestial santificándole, pidiendo su Reino entre nosotros y que se haga su voluntad, aunque no coincida con la mía.
Le pido el alimento material y espiritual, que me perdone, cómo yo intento perdonar y que me libre de desvíos y peligros en mi camino hacia Él.
Pero el mayor significado del Padre Nuestro, para mí, es cuando se reza en misa o en grupo cogidos de la mano. Pienso que Dios Padre al mirarnos, tiene que estar orgulloso de ver a sus hijos amados, unidos cómo verdaderos hermanos.
El rezo a la Virgen es el Santo Rosario, que reconozco que me ha costado integrar en mi vida. Me gusta rezarlo en la iglesia, en comunidad.
En la noche hay dos oraciones. En una pido perdón, porque cuando no veo claro los planes de Dios para mí, pierdo la confianza y sucumbo al miedo y a las dudas. Le pido al Corazón de Jesús me enseñe a confiar.
La última donde doy gracias por las bendiciones y regalos que me ha hecho Dios durante el día. Generalmente los apunto y no hay un solo día que no me haya hecho un regalo inesperado.
Le pido protección para mi familia, personas especiales en mi vida. Gracias por estar presente en mi vida y que le amo.
Y por supuesto Padre Mío, buenas noches y hasta mañana.
Nota: Todas las entregas las podrás ir encontrando en el siguiente enlace: Año de la oración