La Diócesis de Madrid comienza con gozo un nuevo curso pastoral bajo el signo de la Semana de la Palabra, y nuestra parroquia se une con corazón agradecido a esta invitación que nace del deseo de caminar juntos como comunidad de bautizados, miembros vivos del Cuerpo de Cristo, sostenidos por la gracia del Espíritu y guiados por la voz del Señor que siempre ilumina los pasos de su pueblo.

Bajo el lema «Encontrando el tesoro» (Mt 13, 44-45), el arzobispo nos exhorta a cultivar ese sentido diocesano que nos recuerda que formamos parte de una Iglesia local que peregrina unida, y con esa mirada de comunión acogemos esta propuesta como una ocasión providencial para redescubrir que todo comienza escuchando la Palabra, dejándonos transformar por ella y respondiendo con generosidad al amor de Dios.

Del 21 al 27 de septiembre, la diócesis nos regala un itinerario de oración con la Escritura para que la voz del Señor pueda resonar en el interior de cada persona y de cada comunidad. Se trata de la experiencia de la lectio divina, ese camino sencillo y profundo que va abriendo espacios interiores a través de cuatro momentos en los que la Palabra se convierte en alimento de vida. Todo empieza con la lectura atenta, que nos permite entrar en el texto y reconocer a los personajes y los gestos que lo atraviesan, como quien mira con calma un paisaje. Después llega la meditación, que pone en diálogo esa historia con lo que estamos viviendo hoy para descubrir cómo el Evangelio ilumina nuestra realidad más concreta. La oración brota entonces de un corazón que habla a Dios con libertad, abriendo la boca para agradecer, alabar, pedir ayuda o compartir su confianza, también en voz alta, porque poner palabras a lo que sentimos puede sostener la fe de los demás. Finalmente, la contemplación nos sumerge en el silencio fecundo de la presencia, allí donde solo cuenta mirarle y dejarse mirar, donde el amor basta y el Espíritu Santo hace crecer en nosotros los sentimientos de Cristo.

Este año nos acompaña la figura de san Jerónimo, patrono de quienes se consagran al estudio de la Escritura, y el lema que nos guía es Encontrando el tesoro. El Evangelio nos muestra que el Reino de Dios es como una perla preciosa o un tesoro escondido, y quien lo descubre se alegra hasta el punto de ofrecerlo todo por él. Esa alegría es la que queremos custodiar durante esta semana, tanto en la oración personal como en la liturgia, en los encuentros con niños que también recibirán materiales adaptados a su edad para aprender a orar con la Palabra, y en las celebraciones comunitarias donde la solemnidad de los signos hará visible que es el mismo Señor quien nos habla y convoca.

Que esta Semana de la Palabra sea para todos nosotros un inicio fecundo, que nos ayude a volver a lo esencial y a hacer de la Palabra nuestro verdadero tesoro, porque desde ella brotará la alegría de sentirse Iglesia unida, enviada y sostenida por la comunión.

Materiales para la Semana de la Palabra