Os compartimos la experiencia de Ángel y Almudena:

El don de Sabiduría va más allá de la sabiduría humana. Es tener la capacidad de saber decir o hacer lo que es correcto dentro de la voluntad de Dios en una situación específica.

Sabiduría viene de “Sabor”, “el que sabe”, “sabedor”. Y para expresar ese “ejercer el sentido del gusto”, corresponde también el “tener juicio”, “ser experto” en algo.

La sabiduría como Don va más allá de la inteligencia, ya que no podemos pensar en ella como la de los hombres, que nada tiene que ver.

Se trata de comprender las cosas y ver con los ojos del Espíritu Santo. Se relaciona con la caridad, para poder amar de verdad, El Padre, mediante este Don te regala el ser capaz de perdonar.

Nos ayuda a entender lo que nos sucede. Nos da luz en nuestra vida para comprender el porqué de los acontecimientos a los ojos de Dios.

Es muy claro el ejemplo de la Virgen de Maria, que, gracias a él, comprendió que debía dejarse llevar también en la voluntad de Dios con su “Hágase”.

¿Como lo vivimos?

En nuestra experiencia, podemos afirmar que El Espíritu Santo obra y se sirve de sus dones e infunde su Sabiduría. Nos permite elegir con serenidad, paz y conocimiento y nos inspira en nuestro día a día para saber decidir, que decir y que hacer en cada momento.

En ocasiones hemos experimentado que, tras haber tenido que dar una charla o testimonio, efectivamente no habla solo la persona humana, sino que es el Espíritu Santo quien habla por ti. Él pone palabras en tu boca para poder llegar a otros. Somos instrumentos y mediante este Don de la sabiduría se hace visible.

“Sofia”, Sabiduría en griego, es el nombre de nuestra tercera hija, ya que pensamos que ella podría “traernos” aquella que nos faltara.

¿Verdad que sería una alegría que en cada casa pudiera haber una sabiduría que venga de Dios?

 

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