Os compartimos el testimonio de Alberto, uno de nuestros compañeros que ha asistido al retiro celebrado el 25 de marzo, para prepararnos para la Pascua:

En el cristianismo, el nombre de Dios es fundamental para la fe y la devoción. El nombre más comúnmente utilizado es Dios o Yavhe, aunque hay muchas otras palabras que se utilizan para referirse a Dios, como Padre, Creador o Señor, y se le suele adornar con los epítetos de Omnipresente, Omnisciente, Omnipotente pero no se ha dicho de Él que sea Omnibondadoso, de hecho, según escribo esto, este –Omnibondadoso- es la única palabra de esta lista de títulos que el corrector ortográfico no me reconoce.

Frente a esto, nuestro Párroco, Luis Murillo Madrigal, ha querido ampliar, en el reciente Retiro de la Cuaresma 2023, nuestra vivencia de Dios con otros nombres que él ha rastreado en las Escrituras Sagradas: útero y seno materno (Números 11, 11-15), tienda del refugio (Salmo 104), espacio abierto y anchura para la vida (Salmo 4, 2) o alas de águila protectoras (Deuteronomio 31, 11, como botón de muestra de las múltiples referencias bíblicas que hemos recibido en esta magnífica jornada).

Cada una de estas propuestas exegéticas, el Padre Murillo Madrigal las cerraba (o quizás mejor decir “abría”) con una meditación guiada en línea con las tradiciones católicas Ignacianas y Teresianas clásicas en las que nos situaba de forma magistral en episodios evangélicos en los que interactuar amorosamente con nuestro Señor Jesucristo, demostrando su gran habilidad para guiar a los fieles hacia una reflexión profunda y significativa. Su habilidad para combinar sus conocimientos y habilidades para ofrecer una guía espiritual y práctica es un testimonio de su dedicación y pasión por ayudar a los demás a alcanzar una mayor comprensión y conexión con Dios. Este ambiente llevó a muchos asistentes a experimentar una profunda reflexión y conexión emocional, lo que en muchas ocasiones se saldaba con lágrimas que alguien catalogó de perdón, reconciliación y felicidad.

La atmósfera cálida y acogedora del retiro, junto con la guía espiritual y emocional proporcionada por el Padre Luis y los y las facilitadoras del retiro, permitió a los asistentes explorar nuestras emociones y profundizar en nuestra relación con el misterio de lo Divino.

El retiro también fomentó un ambiente de comunidad y fraternidad entre los asistentes. Al pedírsenos compartir nuestras experiencias con la persona sentada a nuestro lado, se creó un espacio seguro y de confianza donde los asistentes nos sentimos libres de expresar nuestros sentimientos y emociones. Este ambiente fraternal se extendió durante toda la jornada del retiro, también en los momentos de la comida –compartida- y en los ratos de esparcimiento, lo que sin duda redundará en el afianzamiento de la comunidad parroquial de la Santísima Trinidad.

En general, el ambiente del retiro fue propicio para la introspección y la reflexión, lo que permitió explorar la relación con Dios y profundizar en la espiritualidad propia. Además, el ambiente de comunidad y fraternidad creó un espacio de apoyo y comprensión donde los asistentes pudimos compartir nuestras experiencias y emociones sin miedo al juicio o la crítica. Este ambiente armonioso y cálido hizo del retiro una experiencia profundamente significativa y enriquecedora para todos los asistentes, que sin duda nos sitúa en el mejor de los caminos para vivenciar la inminente resurrección de nuestro querido Jesús, alabado sea su nombre.

Puedes ver algunas fotos en el siguiente enlace: Fotos del Retiro Parroquial de Cuaresma