En la solemnidad de la Ascensión del Señor, nuestra celebración ha tenido un tono peculiar: las personas con alguna dolencia o enfermedad de nuestra comunidad parroquial, y mayores de 65 años, han recibido el sacramento de la unción de los enfermos, el sacramento de la compasión de Dios con el sufrimiento del hombre.
Cristo, con la imposición de las manos se acerca a quien sufre y lo conforta con el Óleo santo del consuelo.
La unción de los enfermos se realiza mediante la imposición de las manos y la aplicación del aceite sagrado en la frente y las manos del enfermo, mientras se pronuncia una oración especial por la salud y el bienestar del enfermo: ‘Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad’. El aceite utilizado en este sacramento, llamado óleo de los enfermos, está consagrado por un obispo durante la Semana Santa, antes de la Eucaristía de la Misa Crismal.
No es fácil aceptar la enfermedad y la vejez, pero el Señor no nos deja solos en esos momentos, sino que por medio del Sacramento de la Unción nos colma de su amor, nos fortalece en las pruebas y cura nuestras heridas.
La comunidad parroquial nos sentimos agradecidos, ya que somos muy conscientes que os necesitamos, porque vosotros, mayores y enfermos, sin necesidad de palabras ni de discursos, podéis transmitirnos vuestra fe y vuestra fortaleza interior: la fortaleza del Espíritu que resucitó a Jesucristo.
Damos gracias a Dios por:
- cada uno de los sacerdotes, los padres, Apolinar, César y Luis, que nos han acompañado en esta celebración, y han hecho posible, con su entrega, vislumbrar en los enfermos su alegría y confianza en el Espíritu,
- el coro que, que, con el canto, siempre nos ayuda a orar y más en estos momentos especiales,
- cada uno de los que han recibido el sacramento, sois el motor de nuestra comunidad parroquial,
- el grupo de pastoral de la salud, que con tanto cariño ha preparado esta celebración,
- todos y cada uno de vosotros, niños, jóvenes, adultos, mayores, que nos habéis acompañado con vuestra oración y presencia en esta celebración.
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