En el corazón de nuestras comunidades parroquiales late el compromiso con el prójimo, reflejado en el lema de nuestras primeras Jornadas del Voluntariado y Puertas Abiertas: «voluntariamente, Dónate». En sintonía con el mensaje evangélico que nos impulsa, en Cáritas Parroquial nos consagramos a seguir los pasos de Jesús y su llamado a la misericordia y la justicia.

Motivados por nuestra fe compartida y en colaboración estrecha con la Pastoral Parroquial, nos erigimos como testigos del Amor de Dios y la fraternidad cristiana, extendiendo nuestra mano a aquellos que enfrentan la pobreza, la vulnerabilidad y la exclusión. Cada persona que atendemos tiene un rostro, un nombre, y reside entre nosotros, recordándonos constantemente nuestra responsabilidad compartida.

Nuestros proyectos, entre ellos la acogida, el suministro de alimentos, el apoyo a las familias a través del Centro de Orientación familiar (C.O.F.), la iniciativa EDUCA y nuestras campañas de sensibilización, son las herramientas con las que luchamos día a día contra la injusticia y la desigualdad. Pero más allá de las cifras y los programas, lo que nos mueve son los encuentros, las escuchas atentas, el acompañamiento sincero; son esos gestos de humanidad compartida que trazan el camino hacia una sociedad más solidaria, justa y participativa.

En nuestras filas, el compromiso es palpable: desde la dirección y coordinación hasta la entrega generosa de nuestros voluntarios, cada uno aporta su grano de arena para construir un mundo más inclusivo y compasivo. Con 587 ayudas entregadas y el apoyo de 23 socios, y respaldados por el incansable esfuerzo de 47 voluntarios, nos unimos con humildad pero determinación al llamado del Evangelio.

En Cáritas Parroquial, nos comprometemos a seguir siendo un faro de esperanza y solidaridad en nuestra comunidad, donde cada gesto de amor cuenta y donde la dignidad de cada persona es nuestra mayor guía. Juntos, voluntariamente, nos donamos al servicio de los más necesitados, recordando siempre que en cada acto de bondad se refleja la luz del Reino de Dios.