Avisos Cáritas

Cuestación Cáritas parroquial Villalba

Desde las diez de la mañana, con sol fuerte desde el principio, comenzamos la cuestación en Villalba. Estuvimos en Los Olivos, Los Valles, la Calle Real y Los Belgas. No fue solo montar mesas y esperar. Nos movimos. Éramos muchos voluntarios caminando por las calles, pidiendo colaboración con la hucha. Íbamos acercándonos a la gente, explicando, recogiendo lo que quisieran aportar.

Algunos se paraban con interés. Otros nos veían y buscaban la moneda en el bolso. Hubo quien nos dijo que ya sabía que estaríamos por aquí, que lo había oído y venía con intención. Otras personas nos agradecían el gesto, o la labor de Cáritas en general. Uno nos dijo: “Así da gusto colaborar, lo hacéis fácil”.

El calor apretaba. En algunos tramos no corría aire. Pero no dejamos de caminar, de acercarnos, de hablar. En cada zona, en cada grupo, hubo momentos distintos, pero se notaba que algo pasaba. No por el volumen de gente, que era poco, sino por la calidad de los gestos. Había atención. Había confianza.

Durante la mañana pasaron también nuestro párroco, el responsable de Cáritas parroquial y la responsable de Cáritas sensibilización. Fueron a todas las mesas, saludaron a cada grupo. Estuvieron un rato en la calle con nosotros. Lo valoramos.

Estas son las recaudaciones:
– Los Olivos: 159,58 €
– Los Belgas: 227,99 €
– Calle Real: 273,59 €
– Los Valles: 228,29 €
Total: 889,45 €

889,45 euros recogidos a pie de calle. En una mañana calurosa. En una jornada que podría haber pasado desapercibida. Pero no lo fue. Porque hubo personas que se ofrecieron con tiempo, con presencia, con palabra. Porque quien recibió la hucha confió. Porque quien nos vio entendió que esto va de mucho más que de cifras.

La esperanza crece con cada gesto sencillo. Y eso fue exactamente lo que vivimos hoy: gestos breves, palabras discretas, una moneda entregada con cariño, una mirada que decía “contad conmigo”. Cada pequeño gesto sumó. Cada paso dejó huella.

Gracias a todo el equipo. Por caminar, por insistir, por sostener. Gracias a quienes nos dieron algo, aunque fuera poco. Gracias también a Raquel, por cuidar los detalles que no se piden pero que ayudan.

Hoy, la cuestación fue exactamente lo que tenía que ser: comunidad en marcha, esperanza que sale al encuentro, Iglesia que se hace cercana. Nada más sencillo. Nada más grande.

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La reconciliación: sanando las heridas del pasado

Caminando juntos… en la fe, con esperanza, desde el amor… como comunidad parroquial

Los martes del curso 2024-2025, publicaremos una entrada que podría fomentar la reflexión y el crecimiento de nuestra vida espiritual, ayudando a mantenerla viva en el día a día: La reconciliación: sanando las heridas del pasado

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Convivencia familias de postcomunión

El pasado 7 de junio celebramos una jornada de convivencia de familias de postcomunión para cerrar juntos el curso.

Comenzamos con un momento de oración en la capilla del colegio Santísima Trinidad, donde nos reunimos como una sola comunidad. Compartimos cómo son nuestras familias, qué signos nos representan y qué lazos nos unen a cada una. Fue un tiempo sencillo pero lleno de verdad, en el que también elegimos un nombre para cada familia y recibimos un versículo de la Palabra relacionado con la oración y la vida familiar.

A continuación, presentamos el lema que guiaría toda la convivencia: “La oración en familia, un regalo que nos une”. Un mensaje que resonó con fuerza y ternura a lo largo del día.

Después, compartimos distintos juegos pensados para disfrutar en familia, con muchas risas, alegría y momentos de complicidad entre padres e hijos. Más tarde tuvimos un tiempo libre que aprovechamos para jugar al parchís, la oca o simplemente conversar con calma, algo que echamos de menos en el día a día y que todos agradecimos profundamente.

Al mediodía bajamos al comedor para compartir una comida agradable en un ambiente de fraternidad. Nos acompañó nuestro párroco, don Luis, que bendijo los alimentos con cariño antes de comenzar.

Por la tarde, nos reunimos para una catequesis titulada “La oración en familia”, que por primera vez vivimos padres e hijos juntos. Comenzamos explicando qué es la oración y cómo se reza en casa. Después, cada familia recibió una hoja con la imagen de una vela y fue invitada a escribir su propia oración, comprometiéndose a rezarla cada día en su hogar. Fue un momento íntimo y significativo.

Terminamos la jornada con la celebración de la Eucaristía, ofreciendo nuestras oraciones en familia y los versículos recibidos por la mañana, poniéndolo todo en manos de Dios, con gratitud y confianza.

Damos las gracias a las Hermanas por habernos acogido en el colegio Santísima Trinidad, a nuestro párroco Luis por su cercanía y su tiempo, a las familias por su compromiso, y a los catequistas por su entrega, su cariño y su testimonio.

Puedes ver algunas fotos en nuestro flickr:

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Cursillo prematrimonial y 60 aniversario

El pasado fin de semana, varias parejas participaron en el cursillo prematrimonial organizado por nuestra parroquia, que concluyó con una emotiva Eucaristía celebrada el domingo de Pentecostés. En ella, nuestro párroco impartió la bendición final a los novios y les hizo entrega de los diplomas, en un gesto lleno de esperanza y envío, confiando en que el Espíritu Sant, ese mismo que descendió sobre la Iglesia naciente, acompañará también el inicio de sus proyectos matrimoniales, fortaleciéndolos con sus dones y guiándolos en el amor.

Esa misma celebración fue aún más significativa porque coincidió con el 60 aniversario de matrimonio de una entrañable pareja de nuestra comunidad parroquial. Su testimonio de amor fiel, perseverante y vivido en Dios a lo largo de seis décadas conmovió a todos los presentes. El P. Luis, en su homilía, destacó la belleza de los años compartidos, los pasos dados juntos en la luz y en la sombra, y cómo ese amor cultivado en el tiempo ilumina también la belleza de los comienzos: los primeros pasos de quienes, con ilusión y fe, se preparan para decir «sí» al proyecto del matrimonio.

En ese clima de alegría, gratitud y comunión, compartimos a continuación algunos de los testimonios de las parejas que vivieron este cursillo. Son palabras que brotan del corazón, reflejo de lo que el Espíritu ha suscitado en cada uno durante estos días.

«Este fin de semana hemos participado en el cursillo prematrimonial de la parroquia.  Nos ha parecido una experiencia enriquecedora y positiva, el poder escuchar testimonios de otras personas de diferentes edades y situaciones personales, tanto de los catequistas como de las otras parejas que han compartido el curso, de una manera tan sencilla y humana, que te hace sentirte partícipe a la vez acogido. Nos ha ayudado a ver que siempre se puede aprender algo nuevo y que nuestra propia  experiencia también puede aportar y servir de ayuda a los demás. Verificando que sin Dios en tu vida nada es posible y que es muy importante vivir en comunidad y rodearte de personas con las mismas creencias religiosas para poder crecer en la fe y vivir según nos enseña el catolicismo.  Gracias por tanto.»

«Este curso prematrimonial ha sido una experiencia que guardaremos con mucho cariño. Nos hemos sentido acogidos desde el primer momento por un grupo de personas maravillosas, que no solo nos han guiado, sino que también nos han inspirado con su testimonio y cercanía. Ha sido un fin de semana lleno de aprendizajes que nos han hecho reflexionar, crecer como pareja y acercarnos más a la fe cristiana. Si tuviéramos que volver a elegir, no lo dudaríamos: volveríamos a hacerlo y, sobre todo, volveríamos a compartirlo con este mismo grupo. Nos sentimos profundamente agradecidos.»

«El curso prematrimonial al que hemos asistido este fin de semana ha sido algo totalmente  inesperado. Ambos pensábamos que sería, hablando pronto y mal, un poco «tostón». Todo lo contrario. Han sido unos momentos muy emotivos con una fuerza divina casi palpable mientras escuchábamos algunos de los testimonios que nos compartieron los tutores de cada tema a tratar. Hemos salido aún más convencidos de haber tomado la decisión correcta con la persona adecuada y con nuestras almas renovadas de Fe y fuerza para los desafíos que encontraremos, pero sabiendo que no caminamos solos por difícil que sea el sendero ante nosotros. No podemos más que expresar nuestra gratitud a todos los que participaron en hacer de esta una experiencia extraordinaria. Gloria a Dios!!.»

«Acabamos de finalizar el curso prematrimonial en la Parroquia de la Santísima Trinidad y ha sido una experiencia que nos ha sorprendido y enriquecido profundamente. Nos ha ayudado a descubrir el amor en pareja como camino hacia Dios, y a vivir nuestra fe de forma más consciente y compartida. A través de sus cuatro pilares —comunicación, oración, formación y comunidad— hemos fortalecido nuestro vínculo y preparado con alegría el paso al matrimonio. Los catequistas, testimonios y el ambiente con todas las parejas nos han inspirado mucho. Recomendamos este curso a todas las parejas: es una oportunidad única para crecer juntos y con Dios.»

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El arte de la oración: distintas formas de comunicarse con Dios

Caminando juntos… en la fe, con esperanza, desde el amor… como comunidad parroquial

Los martes del curso 2024-2025, publicaremos una entrada que podría fomentar la reflexión y el crecimiento de nuestra vida espiritual, ayudando a mantenerla viva en el día a día: El arte de la oración: distintas formas de comunicarse con Dios

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Peregrinamos con esperanza hacia el Jubileo 2025

Como comunidad parroquial, estamos recorriendo con fe y gratitud el camino hacia el Jubileo 2025, uniéndonos a las distintas celebraciones jubilares propuestas por la Archidiócesis de Madrid. Cada una de ellas nos recuerda que la Iglesia vive del encuentro: con el Señor, con los hermanos, con los más frágiles. Y en ese camino, queremos estar.

El pasado 6 de abril, la catedral de Santa María la Real de la Almudena se convirtió en un corazón de esperanza durante la celebración del Jubileo de los Enfermos, presidido por don José Antonio Álvarez, obispo auxiliar de Madrid. Fue una celebración profundamente significativa, en la que se dieron cita personas enfermas, mayores, profesionales sanitarios, capellanes y cuidadores, todos ellos testigos silenciosos de una fe que se encarna en la fragilidad. En su homilía, el obispo nos recordó que “Dios no abandona y siempre nos acompaña”, y que los enfermos son una expresión viva de esa certeza. Animó a todos a reconocerse como peregrinos de esperanza, sostenidos por la gracia incluso en medio del dolor. Desde nuestra parroquia Santísima Trinidad de Collado Villalba, varios miembros del grupo de Pastoral de la Salud acudimos con profunda emoción, representando también a tantas personas que no pudieron estar presentes. Participar en este Jubileo fue reconocer, una vez más, que no hay vidas sin valor, y que toda existencia, incluso marcada por la enfermedad, es digna de ser cuidada y acompañada.

El sábado 31 de mayo, la catedral volvió a llenarse de vida para celebrar el Jubileo de las Familias y de las Personas Mayores, presidido por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. Familias enteras, abuelos, padres, jóvenes, niños y bebés,  acudieron para dar gracias y celebrar la fe compartida. El cardenal nos habló con cercanía y verdad, invitándonos a descubrir a Jesús en lo cotidiano: “Jesús está vivo, camina con nosotros… hasta en los momentos más duros”. Nos animó a reconocerle en nuestros hogares, en los gestos de cuidado, en el perdón ofrecido, en el amor vivido día a día. Desde nuestra parroquia, un grupo de familias participó acompañado por nuestro párroco, el padre Luis Murillo. Fue una jornada de comunión, esperanza y alegría sencilla. Y al concluir, abuelos y niños compartieron un helado junto a las puertas de la catedral, como signo entrañable de una Iglesia que celebra la vida.

Con ese mismo espíritu, aguardamos ahora la celebración del Jubileo de los Catequistas y del mundo de la Enseñanza, inicialmente previsto para el 26 de abril, pero pospuesto al 4 de octubre debido a la coincidencia con el funeral del papa Francisco. Será una oportunidad hermosa para agradecer la entrega de tantos catequistas, educadores y animadores de la fe que, con generosidad y creatividad, acompañan el despertar espiritual de niños, adolescentes y jóvenes. Como comunidad parroquial, deseamos estar también allí, ofreciendo nuestra presencia y renovando el compromiso de transmitir la fe con pasión.

Estos tres jubileos, enfermos, familias, catequistas, junto con otras celebraciones jubilares previstas, son como estaciones de un mismo camino: el de una Iglesia que se sabe peregrina, que mira con esperanza y que se deja tocar por el amor de Dios en lo concreto de cada historia. Seguimos caminando, con los ojos abiertos, sabiendo que Jesús permanece con nosotros.

 

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