Este mes de octubre es un mes mariano, como es también el mes de mayo, y la Iglesia nos anima a acordarnos de nuestra Madre con una oración tan bella como el rezo del Rosario.

El día 7 de octubre se celebra la Virgen del Rosario porque se agradece su intercesión en la victoria de la Batalla de Lepanto y el origen del rezo del Rosario se remonta al querer popular que se tiene a la Virgen y su Hijo.

Cuando queremos a alguien lo demostramos con palabras de cariño, halagos y frases que pueden parecer muy repetidas, pero que decimos todos los días y que cada día renuevan nuestro amor hacia quien las recibe. Pues lo mismo hacemos con la Virgen: rezar el Rosario todos los días es renovar ese amor a nuestra Madre, es acordarse todos los días de ella y quererla como se merece.

Cada día de la semana el Rosario nos invita a meditar escenas de la vida de Virgen María y de su Hijo, y recordar con cada Ave María momentos gozosos como la Encarnación y el Nacimiento; momentos gloriosos como la Asunción de María al cielo y la Resurrección y Ascensión del Cristo; momentos dolorosos como el Calvario y crucifixión de Jesús; o momentos luminosos como El Bautismo y la institución de la Eucarística.

En las letanías que ponen broche a esta oración decimos muchísimas cualidades de la Virgen como Madre, Virgen, Reina, y la invocamos como intercesora de nuestras necesidades.

El Rosario es una oración sencilla, y no por eso sin valor, que podemos hacer mientras conducimos o vamos al trabajo, mientras hacemos deporte o vamos paseando, en casa o en la parroquia con la comunidad, que podemos rezar solos, o con alguien, o en familia.

¡Ojalá este mes de octubre todos aumentemos nuestro amor a la Virgen con el rezo del Rosario algún día, o todos los días, o rezándolo con más devoción, … que queramos más y mejor a nuestra Madre del cielo!

Dª Raquel Gil

La Comisión Diocesana por la Comunión Eclesial nos convoca a toda la Iglesia en Madrid a un nuevo Domingo por la Comunión en la Iglesia Diocesana, que se celebrará el domingo 1 de octubre (primer domingo de octubre) con el lema ‘Todos Uno’.

Se trata de la cuarta edición de una iniciativa que nació en 2020, para cada primer domingo de octubre, a principios de curso pastoral. Como nos dice nuestro arzobispo José Cobo, «el mismo Jesucristo le pide al Padre “Que todos sean uno” (Jn 17, 20-26) y por ello nosotros, en perfecta sintonía con Él, hemos de tratar de cumplir su anhelo profundo de comunión, porque de otra manera no podríamos sentirnos plenamente piedras vivas de su Iglesia, en fidelidad y obediencia al proyecto fascinante que nos propone el Señor en el evangelio de hoy: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”».

Asimismo, nuestro obispo nos pide para este domingo y durante el tiempo que duren las reuniones del sínodo en Roma, que comienza esta semana, elevar oraciones para que seamos una iglesia diocesana unida en oración al Espíritu Santo, para que sostenga este sínodo.

La celebración central será una Eucaristía, a las 10:00, en la Parroquia de la Santísima Trinidad (C/ Martínez Villergas, 8, 28027 Madrid).

La comisión ha preparado el siguiente material:

En el marco del MES DE LA BIBILIA, este martes vamos a conocer unas pinceladas sobre el Evangelio según san Juan

Autor, fecha, fuentes e influencia

La tradición cristiana ha sostenido que Juan fue el autor del evangelio y de otras obras como las Epístolas de Juan y el Apocalipsis. La fecha estimada de su composición es entre los años 90 y 100 d.C., lo que lo sitúa como el último de los cuatro evangelios en ser escrito.

Se basa en fuentes que incluyen el testimonio directo de Juan como discípulo de Jesús, así como posibles fuentes adicionales, ya que el evangelio presenta una comprensión teológica más elaborada y profunda en comparación con los otros evangelios sinópticos.

En cuanto a su influencia, el Evangelio según San Juan ha tenido un impacto significativo en la teología cristiana a lo largo de los siglos. Su énfasis en la divinidad de Jesús, así como en la importancia de la fe y el amor, ha sido fuente de inspiración para muchos creyentes. Además, su narrativa más poética y simbólica ha llevado a interpretaciones más profundas de la vida y enseñanzas de Jesús.

Estilo literario y finalidad

A diferencia de los otros evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), que siguen una narrativa más lineal y cronológica, el evangelio de Juan presenta un enfoque más teológico y simbólico. Juan utiliza un lenguaje poético y metafórico para transmitir sus enseñanzas sobre la vida y el ministerio de Jesús.

El evangelio de Juan también se destaca por su énfasis en la divinidad de Jesús. Esto se refleja en los numerosos «Yo Soy» declaraciones de Jesús, donde se identifica a sí mismo con Dios de diversas formas (por ejemplo, «Yo soy el pan de vida», «Yo soy la luz del mundo», etc.). Uno de los temas principales del Evangelio de Juan es el amor de Dios hacia la humanidad.

Juan destaca repetidamente que Dios envió a su Hijo para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna. También enfatiza la importancia de la fe en Jesús como medio de salvación.

En cuanto a la finalidad del Evangelio según San Juan, se cree que Juan escribió su evangelio con el propósito de fortalecer la fe de los creyentes y dirigirse especialmente a aquellos que ya eran seguidores de Jesús. Juan quería presentar a Jesús como el Mesías prometido y el Hijo de Dios, cuya muerte y resurrección traen salvación y vida eterna a quienes creen en Él. Busca inspirar una fe más profunda y una relación personal con Jesús, y muestra cómo esa fe puede transformar la vida de aquellos que la abrazan.

Estructura del evangelio de Juan

Se compone de varios elementos estructurales que ayudan a dar forma y organización al relato. Aunque no sigue una estructura cronológica lineal como los otros evangelios sinópticos, aún presenta una ordenación coherente de los acontecimientos y enseñanzas de Jesús. A continuación, os presentamos la estructura general del Evangelio según San Juan:

1. Prólogo (Juan 1, 1-18): El evangelio comienza con un prólogo poderoso que establece la identidad y la divinidad de Jesús desde el principio.
2. Libro de los signos (Juan 2, 1-12, 50): Esta sección abarca los primeros milagros y enseñanzas de Jesús, conocidos como «signos», que demuestran su poder y revelan su mensaje. Incluye eventos como la transformación del agua en vino en las bodas de Caná, la curación del hijo de un funcionario real y la multiplicación de los panes y los peces.
3. Libro de la gloria (Juan 13, 1-20, 31): Aquí se centra en los eventos previos a la crucifixión y el énfasis en la glorificación de Jesús. Incluye la última cena, el lavado de pies, los discursos de despedida y la oración sacerdotal de Jesús.
4. Pasión y resurrección (Juan 21, 1-21, 25): La última parte del evangelio se enfoca en la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesús. Esto incluye la traición de Judas, el juicio ante Pilato, la crucifixión, la resurrección y las apariciones de Jesús a sus discípulos.

Cabe mencionar que el Evangelio según San Juan también contiene ciertos episodios y discursos adicionales que no se encuentran en los otros evangelios sinópticos, como la conversación de Jesús con Nicodemo, la mujer samaritana en el pozo, la resurrección de Lázaro y los discursos prolongados de Jesús durante la Última Cena, lo que brinda una perspectiva única sobre la vida y el ministerio de Jesús.

Juan y el toro

El toro se asocia a San Juan porque se cree que su evangelio es como el animal que carga y trabaja con fuerza para transmitir la enseñanza de Jesús. Además, algunas tradiciones también sugieren que el toro representa la naturaleza sacrificial y redentora de Jesús, ya que el toro se asocia con los sacrificios antiguos y con la imagen del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

En resumen, el Evangelio según San Juan es un relato poderoso que nos invita a conocer y creer en Jesús como el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. Nos desafía a vivir una vida de fe y a buscar una relación personal con Dios a través de Cristo.

En el marco del MES DE LA BIBILIA, este martes vamos a conocer unas pinceladas del

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS

Autor, fecha, fuentes e influencia

Comúnmente se atribuye la autoría del segundo evangelio a Marcos, quien fue un cristiano de raza judía, palestino y de cultura griega, lengua en que escribió su relato para cristianos no palestinos y de origen pagano.

Es cronológicamente el primero de los evangelios, el más breve y el más próximo a la figura de Jesús de Nazaret y a los hechos que narra. Sin embargo, no fue apóstol ni testigo ocular de lo que relata, cuyo conocimiento adquirió de boca del apóstol Pedro.

Además de esta fuente petrina, básica y muy abundante, para la redacción de su evangelio Marcos se sirvió de la tradición oral o catequesis viva que surgió en las comunidades apostólicas como fruto de la predicación de los testigos oculares que fueron los apóstoles. Esta es la razón por qué san Justino (s. II) llamó a los evangelios las Memorias de los apóstoles. El evangelio de Marcos fue muy empleado en las asambleas litúrgicas y conocido y usado por Mateo (en un 90%) y Lucas (en un 50%).

Entre los estudiosos existe un amplio consenso en datar el Evangelio de Marcos a finales de los años 60 del siglo I d. C., o poco después del año 70 d. C.

Estilo literario y finalidad

Se dice de Marcos que es el evangelio más «primitivo» y menos estructurado, pero con mayor viveza narrativa. Por eso es también el más kerigmático, con poco material didáctico. Marcos está más interesado por las acciones de Jesús que por sus discursos (algo típico de Mateo, como vimos la semana pasada). Marcos es el único evangelista en emplear, el término «evangelio»(tan querido de Pablo). Tal vocablo da profundidad de campo a todo su escrito, que no es una crónica de reportero, sino la proclamación de la «buena nueva de Jesús, Hijo de Dios» (1,1). Mostrar a Jesús de Nazaret como mesías e hijo de Dios es la finalidad cristológica de su «evangelio».

Aunque Jesús es reconocido por el Padre como su Hijo y su Ungido, está oculto como tal a los ojos de los hombres. Incluso impone silencio sobre su condición y no quiere ser llamado mesías, para evitar el triunfalismo político. Aquí radica lo que, por influjo de W. Wrede (no católico), desde 1901 se viene llamando «secreto mesiánico», propio de Marcos, secreto que se hará patente a la luz de la fe pascual.

Estructura del evangelio de Marcos

La estructura del segundo evangelio es muy sencilla. Marcos no es un historiador sistemático como Mateo, ni un ideólogo estilista como Lucas, ni un teólogo genial como Juan, sino un fiel recopilador.

Una vez recogido todo el material disponible, lo inserta en el cuadro de la vida de Jesús, del bautismo a la cruz; y para mayor viveza y actualidad emplea con profusión el presente histórico.

Se ha dicho que Marcos es «la historia de la Pasión de Jesús con una larga introducción» (M. Kaehler). No obstante, como decíamos antes, su intención es más que biográfica. Alguien afirmó también que el relato de Marcos es «el evangelio de las miradas de Jesús», el mensajero del reino de Dios. Pero tampoco está ausente la intención eclesial al resaltar la misión de la Iglesia («los discípulos»), como continuación de la misión de Jesús.

Dada la relevancia que la geografía adquiere en el evangelio de Marcos, una división muy común del mismo es la que enmarca la invitación al seguimiento del Mesías sufriente en estas tres secuencias básicas:

1ª Ministerio en Galilea y regiones limítrofes (1, 14-9, 50).

2ª En camino o subida hacia Jerusalén (c. 10).

3ª Ministerio, pasión y muerte en Jerusalén (11, 1-16, 8).

Sigue el «final canónico» (añadido) con las apariciones y la ascensión de Jesús resucitado (16,9-20).

A lo largo de todo su evangelio Marcos resalta los «aspectos difíciles» de la misión de Jesús:

1) Conflicto con sus familiares, sus compatriotas y los jefes religiosos de Jerusalén;

2) secreto mesiánico en dialéctica con las epifanías ocultas del Mesías; y

3) lucha contra Satanás y los poderes del mal que se oponen al reino de Dios.

Algo característico del segundo evangelio es que los milagros (en gran cantidad y con frecuencia de endemoniados) están intercalados funcionalmente, sirviendo como ilustración de la enseñanza de Jesús.

El león representa a Marcos porque su Evangelio comienza hablando de San Juan Bautista, que clama en el desierto. Su voz es como la del león, un animal fuerte y noble, como lo será Jesús.

Resumen

En resumen, el Evangelio según Marcos narra la vida y el ministerio de Jesús, destacando su autoridad, su misión de proclamar el Reino de Dios y su sacrificio en la cruz. Es un relato poderoso que ha dejado una profunda huella en la historia del cristianismo.