Ha pasado

La Hermandad del Rocío celebra la Candelaria

El pasado 4 de febrero, la Hermandad del Rocío de Collado Villalba celebró una Misa Sabatina en honor a la Virgen de la Candelaria, presidida por nuestro párroco, el P. Luis Murillo.

Con motivo de la fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo o de la Virgen de la Candelaria, que se celebró el 2 de febrero, la Hermandad del Rocío de Collado Villalba ha vivido un día entrañable, en el que se ha subrayado la presentación de los niños que han sido bautizados en la parroquia a lo largo del año 2022 bajo el manto de la Virgen, para recibir su protección y amparo.

La presentación de los niños a la Virgen es una costumbre que tiene lugar en la festividad litúrgica de la Presentación del Niño Jesús en el templo o de la Virgen de la Candelaria, para recordar juntos que ‘Cristo, la Luz del mundo, presentado por su Madre en el templo, viene a iluminar a todos como la vela o las candelas que se portan al presentar a los niños bautizados’.

Hubo una procesión hasta nuestro templo parroquial acompañada por tamborileros de Segovia y Collado Villalba y por el Coro Rociero de la hermandad, la Virgen fue colocada en el presbiterio durante la Misa, que dio comienzo a las 19:00h.

En la Eucaristía fueron bendecidas las medallas que, posteriormente, el presidente de la hermandad, D. Enrique, impuso a los nuevos hermanos.

Nos alegramos todos con esta tradición y deseamos que la Virgen sea Madre de estos niños, los acompañe toda la vida y les haga conocer a su Hijo.

Puedes ver algunas fotos del evento haciendo click en la siguiente imagen 👇

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La casa de Castilla y León celebra santa Águeda

El 5 de febrero, Castilla y León celebra el recuerdo de santa Águeda, esta mujer, virgen y mártir, protectora de las mujeres en general y patrona de las enfermeras.

Sobre santa Águeda

En tiempos de persecuciones contra los cristianos, decretadas por el emperador Decio, el procónsul de Sicilia, Quintianus, se propone enamorar a Águeda; pero, es rechazado por la joven Águeda, que ya había ofrecido su virginidad a Jesucristo. En venganza por no conseguir sus placeres la envía a una casa de mujeres de mala vida, donde milagrosamente Águeda conserva su virginidad. Aún más enfurecido, el procónsul ordenó que torturaran a la joven y que le cortaran los senos.

San Pedro cura sus heridas

Esa misma noche se le aparece el apóstol san Pedro, quien la anima a sufrir por Cristo y cura sus heridas. Al encontrarla curada, el procónsul ordena que la arrojen sobre carbones en rojo vivo y la arrastren por las calles de toda Catania. La muerte pone fin a la agonía de la virgen el 5 de febrero del año 251.

Primer milagro

Unos años después de su fallecimiento, el volcán Etna entra en erupción. Los habitantes de Catania, temerosos de desaparecer del mapa como Pompeya, rezan a su antigua vecina y esta les escucha, logrando detener la lava a las puertas de la ciudad. Era el año 252 y acababa de nacer una santa.

Patrona de enfermeras y protectora de las mujeres

También se recurre a ella con los males de los pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia. En general se la considera protectora de las mujeres. Es la patrona de las enfermeras y fue meritoria de la palma del martirio con la que se suele representar.

Devoción y celebraciones populares

En un gran número de localidades de Castilla y León se celebra con gran devoción Santa Águeda. Tradicionalmente ese día ‘mandan las mujeres’ e, incluso, en algunos lugares los ayuntamientos entregan el bastón de mando a una de las águedas elegidas como alcaldesa.

Para celebrar este día de santa Águeda la Casa Regional de Castilla y León de la Sierra ha celebrado en nuestra Parroquia Santísima Trinidad de Villalba una Eucaristía. Os compartimos un momento en el atrio de la Iglesia

 

 

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Jornada de la Vida Consagrada

«Caminando en esperanza» es el lema con el que la Iglesia celebra el 2 de febrero la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. Un día especial para pararse a valorar y agradecer el don de la vida consagrada tal y como el Espíritu la va suscitando en la Iglesia de cada tiempo.

El lema

Caminando es un gerundio que hace referencia a una acción continua y persistente, que no se cansa ni se detiene, que conlleva paciencia y tesón.

En esperanza indica un modo muy concreto de llevar adelante dicha acción a través de la virtud cristiana más necesaria para quien desea vivir en marcha y volcado hacia el futuro que hemos de construir todos los miembros de la Iglesia unidos.

Si el año pasado recordábamos que ir «caminando juntos» es el modo natural de vivir la dinamicidad propia del pueblo de Dios —que es pueblo y lo es del camino— y, por tanto, de la vida consagrada, este año contemplamos el talante y el horizonte de aquellos que, en medio del mundo, pero sin ser de él, se consagran a Dios «caminando en esperanza» para ser cada día apóstoles del reino, levadura en la masa, semilla en la tierra, sal en el guiso y candelero en lo alto.

Diversas formas de vida consagrada

En la Iglesia hay diversas formas de vida consagrada, están los que se dedican a la oración y a la contemplación en un lugar apartado de toda civilización. Y están también quienes, inmersos en el mundo, viven su consagración entre las más diversas actividades de la vida diaria.

Podemos agrupar estas formas de vida en 5 modos de vida consagrada:

  • La Vida Eremítica:

Son los que conocemos como eremitas, ermitaños o anacoretas. Son personas consagradas por medio de los tres consejos evangélicos.

Viven apartados del mundo y se dedican a la oración, el silencio, la penitencia, toda su vida es para alabanza a Dios y salvación del mundo, intercediendo en favor de los hombres.

Pueden elegir el lugar donde vivir y dependen del obispo por el cual les reconoce.

  • Las Vírgenes Consagradas

Son mujeres consagradas a Dios, que viven en estado de virginidad o de castidad perpetua.

Al obispo diocesano le corresponde celebrar el rito litúrgico, celebrando los desposorios místicos con Jesucristo y su vida es entrega al servicio de la Iglesia.

Su vida transcurre en medio del mundo dando un testimonio del amor de Dios, dedicándose a la oración, la penitencia, el servicio a los demás y el trabajo apostólico designado según sus carismas.

  • Los Institutos de Vida Religiosa

La vida religiosa se distingue de otras formas de vida consagrada: «por el aspecto cultual, la profesión pública de los consejos evangélicos, la vida fraterna llevada en común, y por el testimonio dado de la unión de Cristo y de la Iglesia» (CIC 925).

Es un seguimiento más cercano a Cristo, comprometiéndose a vivir en pobreza, castidad y obediencia, los tres consejos evangélicos.

Junto a estos tres votos, algunos institutos añaden otros de acuerdo a su carisma.

Sus actividades son guiadas por unas constituciones, reglas o formas de vida, inspiradas por Dios.

  • Los Institutos Seculares

Formados por personas que viven en el mundo, pero se consagran a Dios mediante los votos de pobreza, castidad y obediencia.

Viven cada uno en las circunstancias ordinarias del mundo, ya sea en familia, solo o en comunidad, pero siempre de acuerdo a las constituciones del instituto. Participan a través de sus vidas en la evangelización de la Iglesia, «en el mundo y desde el mundo mismo».

  • Las Sociedades de Vida Apostólica

Las características que la definen son: el apostolado propio, la vida fraterna en común y la observancia de sus Constituciones.

Sus miembros no tienen votos públicos, pero sí algunas de sociedades, permiten que abracen los consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las propias constituciones.

Oración

No vamos solos.
Cristo nos une. Con él. Entre nosotros.
Y con tantos que viven, lloran, aman, anhelan,
crecen, luchan y esperan.
Cada vez más descalzos e inseguros.
Cada vez más cerca de la cruz
y lejos de los pedestales.
Cada vez más libres de modas e inercias.
Cada vez más capaces de reírnos
de nuestras pretensiones
y tomar en serio las suyas.
Unos, aún vacilantes,
dando los primeros pasos,
otros exigidos por el ritmo
de jornadas intensas,
y algunos, ya bien gastados,
vislumbrando la meta —que es abrazo—.
Juntos. Caminando en esperanza.
Hombres y mujeres de Dios,
consagrados a una misión, a un anhelo,
al proyecto de quien nos invitó
a compartir su camino.
Amén.

 

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Conversión

El 25 de enero celebramos la fiesta de la conversión de san Pablo y nos gustaría compartir unas pinceladas sobre la conversión, por si nos ilumina para que cada uno de nosotros también vivamos un proceso de conversión que nos acerque más a Jesús, el Señor, y nos predisponga para la evangelización en aquellos lugares donde Dios nos habla.

Tal vez pensemos, si nos comparamos con san Pablo que nuestra historia de conversión no es extraordinaria, ni impactante; no obstante, lo cierto es que la conversión empieza por nuestros pensamientos.

La palabra conversión tiene que ver con el cambio de mentalidad. Conversión es el giro que uno da cuando ve que se ha equivocado, pero proviene del cambio de la mente.

Generalmente, cuando uno quiere convertirse o quiere cambiar algo, uno procura cambiar las acciones, como por ejemplo no voy a mentir, no voy a robar, o voy a ser grosero,… es decir, ‘no voy a…’, el problema es que esto se vuelve cuesta arriba, porque el problema no es la acción que cometo, sino que el problema es el pensamiento que sostiene esa acción.

Dependiendo de cómo piense, así siento, y dependiendo de cómo sienta, así actúo; para cambiar mi forma de actuar debo empezar por cambiar mi forma de pensar. El cambio que se nos pide es cambiar la mentalidad, pensar como Jesús, para sentir como Jesús y actuar como Él.

Todos tenemos una manera de pensar, muchas veces decimos ‘a mí nadie me cambia mi manera de pensar’; sin embargo, tenemos una invitación a cambiar nuestra mentalidad:

  • Cambiar nuestra mentalidad a veces miedosa que no nos permite impulsarnos.
  • Cambiar nuestra mentalidad a veces retorcida que me incita a la crítica
  • Cambiar nuestra mentalidad a veces complicada que complica la vida de los demás
  • Cambiar nuestra mentalidad a veces rígida que se vuelve inmisericorde
  • Cambiar nuestra mentalidad a veces cerrada que se niega a aceptar y acoger lo nuevo

Pidamos al Señor que a través de nuestra conversión pueda haber esos renuevos de paz, de justicia, de… que vivamos el amor que Dios nos tiene y lo proclamemos.

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Domingo de la Palabra de Dios

El 30 de septiembre de 2019, el papa Francisco estableció en la carta apostólica Aperuit illis que el III domingo del tiempo ordinario, este año el 22 de enero, se dedique a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios.

Un domingo en el que «de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor»

El Pontífice propone este Domingo dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios:

  • Para comprender la riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo.
  • Para que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable.
  • Para que nunca falte la relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe.

La Palabra de Dios ha sido inspirada por el Espíritu Santo; se ha transmitido en la Tradición de la Iglesia a lo largo de los siglos; es proclamada, celebrada y orada en la asamblea litúrgica; es vivida en la comunidad eclesial; es interpretada por el magisterio; es testimoniada en la vida de los santos; es profundizada en el estudio de la investigación teológica; es escuchada y saboreada en el silencio de los monasterios y en la sencillez de cada hogar cristiano; encuentra un eco peculiar en la catequesis; es aplicada en todos los ámbitos de la pastoral; constituye el fundamento de la misión; hace fecunda la acción sociocaritativa; «se manifiesta en los genuinos valores religiosos y morales que, como semillas de la Palabra, están esparcidos en la sociedad humana y en las diversas culturas» (Directorio general para la catequesis, n. 95).

El Domingo de la Palabra de Dios destaca la primacía de esta Palabra y pone a toda la Iglesia en «escucha religiosa» (DV, n. 1). «El ministerio de la Palabra […] nace de la escucha y educa en el arte de escuchar, porque solo el oyente puede también anunciar» (Directorio para la catequesis, n. 283).

Os compartimos el significado del logo:

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Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

La Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero de 2023, este año tiene como tema un texto tomado del profeta Isaías: «Haz el bien; busca la justicia» (cf. Is 1, 17).

El texto de Isaías nos hace comprender que la vivencia de la fe debe ir siempre acompañada por una praxis coherente con aquello que se profesa. Isaías desafió al pueblo de Dios en su tiempo a aprender a hacer el bien juntos; para buscar juntos la justicia, para rescatar juntos a los oprimidos, para defender juntos al huérfano y a la viuda. El desafío del profeta se aplica igualmente a nosotros hoy.

  • ¿Cómo podemos vivir nuestra unidad como cristianos afrontando los males e injusticias de nuestro tiempo?
  • ¿Cómo podemos entablar un diálogo, aumentar la sensibilidad, la comprensión y el entendimiento recíproco de la propia experiencia vital?

Estas oraciones y encuentros del corazón tienen el poder de transformarnos, individual y colectivamente. Estemos abiertos a la presencia de Dios en todos estos encuentros en los que se obrará nuestra transformación, para desmantelar los sistemas de opresión y sanar los pecados del racismo. Juntos, trabajemos en la lucha por la justicia en nuestra sociedad. Todos pertenecemos a Cristo.

Tengamos presente que en esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se unen dos dimensiones fundamentales del ecumenismo:

  • la dimensión espiritual, que nos lleva a unirnos en oración reconociendo todo lo que ya nos une, especialmente al compartir un mismo bautismo;
  • y la dimensión social, que nos impulsa a dar testimonio juntos del amor de Cristo hacia el prójimo y a defender la dignidad inviolable de toda persona.

En consonancia con el texto de Isaías, orar por la unidad de los cristianos debe ir acompañado de un compromiso común para afrontar los desafíos de la injusticia y escuchar los gritos de los que sufren por cualquier causa. El trabajo común que se viene realizando entre las Iglesias es un signo de esperanza para la humanidad.

Materiales:

Mensaje de los Obispos

Materiales para el Octavario

Materiales para niños y adolescentes

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Infancia Misionera

Infancia Misionera es una escuela de formación en la fe y en la misión para los niños de todo el mundo.

«Uno para todos, todos para Él» es el lema de la Jornada de Infancia Misionera que celebramos el domingo 15 de enero de 2023.

Un día muy importante, en el que los niños estamos invitados a ayudar a los demás niños, especialmente a los que no tienen lo necesario para vivir o no conocen a Dios. Somos misioneros, y nosotros vamos a ayudarles con nuestra oración y nuestro dinero.

La Iglesia realiza un trabajo inmenso con la infancia en los territorios de misión. Todo esta labor necesita ser sostenida y apoyada. ¿Cómo? A través de Infancia Misionera. Con esta Obra Pontificia, el Santo Padre implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños como ellos en las misiones. Y cuenta también con adultos comprometidos, para que los misioneros sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de 4 millones de niños en 120 países.

Desde Obras Misionales Pontificias nos marcan unos objetivos a cumplir.

  • Reconocer como hermanos al resto de personas que forman la sociedad. Especialmente a los otros niños.
  • Recordar que la oración personal es esencial para mantener la unidad con la Iglesia, con el resto de nuestros hermanos. La oración como único camino para una vida unida a Cristo.
  • Descubrir la misión que todos tenemos como hermanos: amarnos unos a otros. No somos elementos aislados en la Fe, compartimos esta Fe con nuestros hermanos y la llevamos a la práctica en nuestra relación con ellos.
  • Comprender que formamos parte del plan de Dios para que todos seamos seguidores de Jesús.

Todos, adultos y niños, somos parte de una sociedad que nos necesita. En un mundo dividido por el odio, las guerras, las diferencias y las envidias, los cristianos mantenemos la unidad. Nos ayudamos, nos perdonamos y mostramos a la gente que otro mundo es posible.

Actividad para los más peques:

Se propone que los alumnos pinten, recorten y peguen la hucha. El sentido final de esta actividad es hacer comprender al niño que con su esfuerzo puede ayudar a otros. Para ello podemos adquirir el compromiso de separar una parte de la paga semanal o realizar actividades solidarias con el objetivo de llenar la hucha.

Para saber más: Jornada por la Infancia Misionera 2023.

 

 

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Catequesis del Papa sobre el Discernimiento

Desde el miércoles 31 de agosto de 2022 hasta el miércoles 04 de enero de 2023, el Papa Francisco ha ido obsequiándonos, en la audiencia general, con una serie de catequesis sobre el discernimiento.

Han sido un total de 14 catequesis en las que se han abordado los siguientes temas:

  1. ¿Qué significa discernir?

Es muy importante aprender a discernir, porque cada acción que realizamos, especialmente en los momentos cruciales de nuestra vida, tienen consecuencias trascendentes para uno mismo, para los otros y para el mundo. Así aprendemos a conocernos, y a conocer y amar lo que es bueno en cada momento. Dios quiere que ejercitemos la libertad que Él mismo nos ha dado, construyendo nuestra vida con cada decisión, lo que se convierte en una tarea exigente. Él nos sostiene en este camino, y quiere ser amado desde la libertad, y no imponiendo su voluntad.

  1. Un ejemplo: Ignacio de Loyola

Ignacio fue descubriendo que en su interior había una alternancia de pensamientos. Cuando pensaba en las cosas del mundo se sentía fascinado, pero después todo eso lo dejaba vacío. En cambio, cuando pensaba en las cosas de Dios, aunque al principio le suscitaba cierta resistencia, finalmente experimentaba una profunda paz y alegría. Por eso, san Ignacio recomendaba leer las vidas de los santos, porque nos ayudan a ver cómo actúa Dios en nuestra propia existencia y en nuestra historia concreta.

  1. Los elementos del discernimiento. La familiaridad con el Señor

En esta catequesis sobre el discernimiento reflexionamos acerca de uno de sus elementos constitutivos, que es la oración. La oración es indispensable para el discernimiento espiritual, porque nos permite entrar en intimidad con el Señor, ser sus amigos, y así poder reconocer lo que a Él le agrada. Esta relación íntima o familiar con Dios también nos ayuda a alejar los miedos y las dudas que pueden turbar nuestro corazón cuando nos disponemos a cumplir su voluntad.

  1. Los elementos del discernimiento. Conocerse a sí mismo

Para discernir es importante, además de rezar, que nos conozcamos a nosotros mismos. Conocerse a sí mismo —nuestra personalidad, nuestros deseos más profundos— puede resultar fatigoso. Pero, aunque cueste, el hecho de detenernos y profundizar en lo que hacemos, sentimos y pensamos nos ayuda a caer en la cuenta de todo aquello que nos condiciona y que limita nuestra libertad para dar la vida por Cristo y ser así verdaderamente felices.

  1. Los elementos del discernimiento. El deseo

Hoy nos centraremos en el deseo, que no debemos entender como algo coyuntural y pasajero, sino como algo que dura en el tiempo y guía nuestra vida. A diferencia de una emoción efímera, el deseo no desaparece ante las dificultades, y nos exige renuncias a otras cosas para conseguirlo. Esto significa que se centra en algo que, aunque todavía no poseemos, lo conocemos y sabemos que nos falta. En definitiva, es el anhelo de perfección que nunca tendrá cumplimiento en esta tierra.

  1. Los elementos del discernimiento. El libro de la propia vida

Podemos decir que nuestra vida es como un libro que vamos escribiendo cada día, y cuando nos detenemos a “releer” el camino que hemos recorrido —tanto los momentos de “consolación” como de “desolación”— descubrimos la acción de Dios, que obra discreta y silenciosamente en nuestra propia existencia.

  1. La materia del discernimiento. La desolación

Todo lo que hacemos tiene una connotación afectiva, y es necesario reconocer —o sea, discernir— lo que “se mueve” en nuestro interior, porque Dios habla al corazón. Cuando los movimientos interiores se caracterizan por la turbación, la tristeza y las tentaciones; cuando sentimos que perdemos la esperanza y nos alejamos de Dios, estamos experimentando la desolación.

  1. ¿Por qué estamos desolados?

La desolación es también una llamada a la gratuidad, a no buscar jamás la gratificación emotiva. Esta es la base de una relación auténtica y madura con Dios y con los demás; nos lleva a aceptar al otro por sí mismo y no por lo que me aporta o por interés.

  1. La consolación

La consolación espiritual es un don del Espíritu Santo que nos hace experimentar la presencia de Dios en nuestro interior, nos da alegría y paz, y refuerza en nosotros la fe, la esperanza y el deseo de hacer el bien. También nos da fortaleza en los momentos de prueba y nos impulsa a buscar a Dios sobre todas las cosas.

  1. La consolación verdadera

El enemigo actúa de manera engañosa y solapada, por eso es importante examinar el origen y la verdad de nuestros pensamientos, confrontarlos y aprender de las experiencias para no repetir los mismos errores en el futuro. Darnos cuenta de lo que nos pasa es un indicio de que la gracia de Dios está trabajando en nosotros y nos ayuda a crecer en libertad interior. La consolación verdadera nos confirma en el camino que Dios quiere para nosotros, dándonos alegría y paz.

  1. La confirmación de la buena decisión

Cuando tomamos una decisión, hay algunos signos que nos permiten ver si Dios confirma que vamos por el buen camino. Uno de los signos es la paz, una paz que dura con el paso del tiempo y nos da armonía y nos da fervor, aun en la cruz. Otro signo es la gratitud que experimentamos por los bienes recibidos de Dios, lo que nos lleva a vivir con más generosidad la relación con Él. También es importante cuando sentimos que hemos encontrado nuestro lugar en la vida, y eso nos permite afrontar con fortaleza los momentos difíciles que lleguen.

  1. La vigilancia

Una actitud esencial para que el proceso de discernimiento llegue a buen término es la vigilancia, saber lo que pasa dentro de nosotros. Jesús insiste mucho en que los discípulos permanezcan vigilantes, que no se duerman ni estén demasiado seguros de sí mismos, sino que estén atentos, porque el mal espíritu siempre aprovecha las ocasiones para “entrar en nuestra casa”, para meterse dentro del corazón y alejarnos del Señor.

  1. Ayudas que facilitan el discernimiento

Reflexionamos sobre algunos elementos concretos e indispensables que nos ayudan en el ejercicio del discernimiento. El primer elemento es confrontarse con la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia. La Palabra de Dios no se impone, es discreta, nos pacifica; de ese modo, nos ayuda a entrar en nosotros mismos y a reconocer los deseos auténticos que el Señor ha puesto en nuestro corazón, distinguiéndolos de otras voces que pueden confundirnos y alejarnos de Él. Otro elemento importante que ayuda al discernimiento es vivir una relación afectiva con Jesús. La amistad con Dios nos hace experimentar su amor, su compasión y su ternura; y esto nos va transformando el corazón y nos mueve a imitarlo. Y, por último, recordemos que otro gran auxilio para la vida espiritual es el don del Espíritu Santo que habita en nosotros. Su presencia vivificante nos guía y nos instruye, nos ilumina en los momentos de oscuridad y nos anima a seguir adelante sin miedo, sostenidos por su amor.

  1. El Acompañamiento espiritual

Dejarnos acompañar, es decir, confrontar nuestra vida con otra persona que tenga experiencia en este ámbito, estando abiertos —tanto el acompañado como el acompañante— a la acción del Espíritu Santo, es de gran ayuda para conocernos a nosotros mismos y poder así desenmascarar engaños, confusiones o dudas que impidan nuestro seguimiento del Señor.

 

👉 Puedes descargar el pdf con las catequesis del Papa Francisco:
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– El Discernimiento

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Navidad en la Parroquia

El sábado 17 de diciembre, celebrábamos como parroquia la fiesta de Navidad donde cada grupo nos deleitó con sus dotes artísticas y nos ayudaron a ponernos las pilas para preparar la Navidad en familia.

El domingo 18 se bendijo en todas las eucaristías al niño Jesús que cada familia pone en el Belén de su casa.

Con estos y otros acontecimientos parroquiales nos dispusimos para celebrar la Navidad, desde una nochebuena muy familiar en la que acogimos al Salvador, pasando por todas las fiestas y solemnidades de este tiempo litúrgico.

Las palabras del papa Francisco nos han dado pistas importantes para estas navidades:

“La Navidad suele ser una fiesta ruidosa:
nos vendría bien un poco de silencio,
para oír la voz del Amor…
Los adornos de Navidad eres tú,
cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida.
La campana de Navidad eres tú,
cuando llamas, congregas y buscas unir.
Eres también luz de Navidad,
cuando iluminas con tu vida el camino de los demás
con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.
Los ángeles de Navidad eres tú,
cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor.
La estrella de Navidad eres tú,
cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor.
Eres también los reyes Magos,
cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien…
La cena de Navidad eres tú,
cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado.
Tú eres, sí, la noche de Navidad,
cuando humilde y consciente,
recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo
sin ruidos ni grandes celebraciones;
tú eres sonrisa de confianza y de ternura,
 en la paz interior de una Navidad perenne
que establece el Reino dentro de ti.»

De este modo llegamos a la fiesta de la Epifanía del Señor, su manifestación a toda la tierra, con la llegada de los Reyes Magos de Oriente a nuestra parroquia.

Terminadas las fiestas de Navidad agradecemos a Dios el habernos sumido, de nuevo, en ser testimonios vivos del Evangelio allí donde cada uno nos encontramos y renovando nuestro compromiso de darnos en comunidad.

Feliz inicio del tiempo ordinario.

Haciendo clic en la siguiente imagen puedes ver algunas fotos de estos días:

 

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Curso de Discernimiento Espiritual: Cómo distinguir la voz de Dios de las propias voces interiores

Te invitamos a participar en este Curso de Discernimiento Espiritual: ‘Cómo distinguir la voz de Dios de las propias voces interiores’, este curso de espiritualidad y psicología está dirigido a todos los agentes de pastoral de la parroquia; es decir, a catequistas de cualquier nivel, a los miembros de los diferentes grupos de fe y vida, a los que colaboran con caritas,… en definitiva, a toda persona que colabore en la evangelización parroquial y a aquellas que en este momento no estén colaborando o no sean de la parroquia, pero deseen conocer las claves del discernimiento.

Por tanto, si te has parado a leer esto, es que sí, sí es para ti… ¡no te lo pienses tanto!.

El curso inicia el 17 de enero, la formación es quincenal y corre a cargo del P. Luis Murillo, sacerdote y psicoterapeuta, con amplia experiencia en este campo.

El programa que se seguirá será el siguiente; no obstante, se adaptará según las necesidades del grupo… para acceder a las sesiones y saber el tema, sólo tienes que dirigirte a las grabaciones: Curso de Discernimiento Espiritual

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