El pasado fin de semana del 23 y 24 de noviembre, los grupos de Postcomunión disfrutamos de una convivencia en Cercedilla. El tema que nos acompañó durante estos días fue el del Jubileo: Peregrinos de la Esperanza, que guió nuestras reflexiones y actividades.

Salimos el sábado por la mañana en autobús, con un poco de sueño, mirando al cielo para que la lluvia nos diera tregua, pero llenos de ilusión por compartir nuestra primera convivencia del curso. Al llegar, organizamos nuestras cosas y, como primer gesto, nos pusimos en presencia del Señor, presentando las oraciones que habíamos preparado la semana anterior en los grupos de catequesis: oraciones de acción de gracias, de petición y llenas de confianza.

Tras este momento inicial de oración, pasamos a conocer las normas de la convivencia de una manera lúdica y creativa. Divididos en grupos, representamos las normas mediante pequeñas actuaciones que llenaron el salón de risas y aprendizajes.

Para fomentar el conocimiento entre todos, catecúmenos y catequistas, realizamos divertidos juegos de presentación, entre los que destacó un «Bingo» especial, donde nos íbamos descubriendo unos a otros: quién tenía hermanos, quién cumpliría pronto 10 años, y otras curiosidades.

Después llegó uno de los momentos más significativos: una reflexión sobre el Sacramento de la Reconciliación. Se nos explica su sentido y los pasos necesarios para vivirlo. A continuación, realizamos un examen de conciencia personal. Contamos con la presencia de nuestro párroco, Luis, y nuestro vicario parroquial, Yoelby, quienes nos acompañaron en este momento especial, confesando a los chicos y algunos catequistas. Fue un verdadero regalo de Dios.

Tras una mañana intensa, repusimos fuerzas con una comida deliciosa, que agradecemos enormemente al equipo de catering. Más tarde, disfrutamos de un rato de tiempo libre: risas, juegos y conversaciones que nos ayudarán a estrechar lazos.

Por la tarde, abordamos el tema central del Jubileo 2025 mediante un juego dinámico que nos permitió aprender sobre su significado y sobre ediciones anteriores. Esto nos preparó para la gymkana jubilosa, en la que descubrimos los cuatro elementos esenciales del Jubileo de una manera amena y participativa.

El día continuó con el ensayo de canciones para la Eucaristía. Nos alegró mucho contar con la ayuda del director del coro de niños, quien nos guió para que todo saliera perfecto. Ya en el oratorio, celebramos una Eucaristía especial con nuestro vicario parroquial, Yoelby. Fue un momento lleno de agradecimiento por todo lo vivido durante el día.

La jornada culminó con una divertida velada nocturna, llena de pruebas relacionadas con el tema del Jubileo. Reflexionamos y aprendimos mientras disfrutábamos en equipo. Antes de retirarnos a descansar, nos reunimos nuevamente en el oratorio para nuestra última oración del día, dando gracias al Señor por este día tan enriquecedor.

El domingo comenzó temprano, con energías renovadas. Tras un momento de oración en el oratorio y el desayuno, recogemos nuestras cosas y dejamos la casa en perfecto estado, colaborando en equipo. También dedicamos un momento a evaluar lo vivido.

Finalmente, emprendimos el camino de regreso a Villalba, donde participamos en la Eucaristía dominical de las 12 con toda la comunidad parroquial, acompañados por las canciones ensayadas el día anterior. Fue un cierre perfecto para un fin de semana lleno de gracia y aprendizaje.

Gracias, Señor, por este fin de semana compartido, por enseñarnos a caminar como peregrinos de la esperanza y por la certeza de tu amor incondicional. Gracias a los catecúmenos, catequistas, a nuestro vicario parroquial y a nuestro párroco, por hacerlo posible. Y gracias a nuestra comunidad parroquial de la Santísima Trinidad, que con su oración nos sostiene y nos impulsa a seguir creciendo en la fe.

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