Tras una oración dirigida por nuestro párroco para tener un buen viaje, el sábado 16 de noviembre, partía la Cofradía de Santiago hacia Villafranca del Bierzo, a visitar las Edades del Hombre, “Hospitalitas”.

Amanecía el día fresco y aunque durante la semana daban previsiones de lluvia, estamos seguros de que el Apóstol Santiago intercedió por nosotros y quiso el Señor, regalarnos un magnífico tiempo.

Por el camino, pudimos comprobar ese cambio de paisaje de las tierras castellanas a las leonesas, con el cambio de colores, las montañas al fondo, … ¡Qué maravillas creó el Señor!

Durante el viaje, nuestro consiliario, Apolinar, nos fue instruyendo sobre las ciudades por las que íbamos pasando, las distintas ediciones de las Edades del Hombre y los lugares y monumentos que íbamos a ver, tanto en Villafranca como en Ponferrada. Toda esta zona le traía muchos recuerdos de tiempos anteriores que vivió en estas tierras.

Ya en Villafranca pudimos ver con guía, la exposición en dos edificios, la Colegiata de Santa María y un visual en la Iglesia Santiago. Ésta es del S.XII, donde los peregrinos que no pueden completar la ruta por enfermedad o accidente pueden conseguir el jubileo (siempre habiendo recorrido 100 km). A continuación, partimos hacia Ponferrada.

Tras un rato libre, en el que algunos nos quedamos con las ganas de probar unas famosas patatas bravas … y eso ha dado mucho de qué hablar, jajaja…, (tendremos que volver), cenamos y paseamos a la luz de la luna por las calles ponferradinas.

A la mañana siguiente, nos adentramos en el Castillo de los Templarios y terminamos con una eucaristía en la Basílica de la Encina, donde ofició D. Apolinar y concelebró D. Antolín, amigo suyo y gran defensor del Camino de Santiago.

Ya de vuelta y tras la parada para comer, en el autocar, nuestra cofrade Almudena, hizo una oración a la Virgen de la Encina:

A ti, Virgen de la Encina
A ti, Madre de Dios
Venimos con alegría a ofrecerte el corazón.
Queremos, Madre amorosa, pedir tú bendición,
para todos los cofrades y amigos de corazón.
No te traemos Madre, ni oro, ni plata, ni joyas de valor;
simplemente unas flores que no tienen valor.
Con ellas Madre, queremos ofrecer,
la alegría Madre, al mirarte y decirte:
Viva la Madre de Dios.

Desde el autobús, disfrutamos de un espléndido atardecer, viendo los viñedos, los campos, …

Según parece, a todos nos gustó mucho y los no cofrades que vinieron, agradecieron la acogida recibida, la buena organización y terminaron con ganas de repetir; así que yo que tú … no me perdería nuestra próxima peregrinación.

Testimonio de una cofrade: ‘Me ha gustado mucho el viaje sobre las Edades del Hombre, como nos acogen distintas figuras de la iglesia, desde Jesús, María, los apóstoles, los santos, en una palabra, HOSPITALIDAD. En ella prima el amor al prójimo, como a uno mismo. Gracias por todo.’

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