Durante estos días de Semana santa tendremos la posibilidad de acompañar al Señor en su pasión, muerte y resurrección.

Lo más esencial será que las diversas celebraciones: procesiones, viacrucis, liturgias, encuentros familiares, etc., nos acerquen al protagonista principal de esta semana: Jesús de Nazaret.

Recuperemos, como nos dice el papa Francisco, la frescura original del Evangelio.

Os compartimos el horarios de las celebraciones de nuestra parroquia para que dentro de vuestras posibilidad viváis estos días en comunidad.

Domingo de Ramos: Jesús entra en Jerusalén, y nosotros lo aclamamos con nuestros ramos y palmas. Después, en la misa, recordamos ya la pasión que viviremos en estos próximos días.

Jueves Santo: Jesús lava los pies de sus discípulos para invitarnos a amar como Él ha amado. Y nos deja el gozoso don de la Eucaristía porque quiere estar siempre con nosotros.

Viernes Santo: Jesús muere en la cruz por fidelidad al camino de Dios, por fidelidad a todo lo que ha hecho y enseñado. Y así nos abre a nosotros y a toda la humanidad la puerta de la vida para siempre.

Vigilia Pascual: Jesús rompe los lazos de la muerte y llena de luz toda la historia humana. Y a nosotros, en esta noche santa, nos invita a unirnos a él y a vivir su vida nueva.

Domingo de Pascua: Es la hora de confesar la vida, de hablar poco y vivir mucho, de arriesgarlo todo apostando por Él, de sentarse a la mesa y calentar el corazón, de esperar contra toda esperanza. ¡Es la hora de la vida nueva!

ORACION A JESÚS RESUCITADO

La noche de la cruz se ha iluminado para siempre Jesús,

hermano, amigo, Señor.

Nuestra débil historia de mujeres y hombres,

a menudo desconcertados, se ha llenado de luz.

Nos has amado, Jesús,

hasta morir en una muerte indigna;

pero ese amor tuyo, pleno, total, definitivo,

ha abierto las puertas de la vida para siempre.

En todas partes, Jesús,

en las personas, en los acontecimientos,

podemos descubrir la fuerza luminosa de tu vida.

Y por eso ahora, al celebrar tu resurrección,

afirmamos con todo vigor nuestra fe en ti:

Tú eres el Hijo de Dios,

Tú eres el enviado del Padre para salvarnos,

Tú nos llenas de tu mismo Espíritu,

a nosotros, a toda la Iglesia,

y a todos los hombres y mujeres del mundo entero.

Es Pascua, Jesús, hermano, amigo, Señor.

Es Pascua, y tu vida es vida para toda la humanidad.