Con el lema «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad» se celebra la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que coincide cada año con la fiesta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero.

Esta Jornada recuerda el don para la Iglesia y para el mundo de las personas consagradas «en su riqueza de modos y carismas, inspirados por el Espíritu Santo a través de la escucha y el discernimiento comunitario», como señalan los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada en su mensaje para este día. Esta jornada es un momento especial en el que la Iglesia católica reflexiona y celebra la vida consagrada, reconociendo la dedicación de aquellos que han consagrado sus vidas a Dios.

Tres ideas importantes que se pueden llevar a la vida diaria a partir de la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada incluyen:

Dedicación a un Propósito Más Elevado: La vida consagrada implica la dedicación total a Dios y a los demás. En la vida diaria, esta idea puede inspirarnos  a encontrar un propósito más elevado en nuestras acciones cotidianas, buscando contribuir al bien común y servir a los demás con un corazón generoso.

Vocación y Discernimiento: La Jornada de la Vida Consagrada destaca la importancia del discernimiento vocacional y la respuesta a la llamada de Dios. En la vida diaria, este principio es una invitación a la reflexión personal sobre la vocación y nuestro propósito de vida, alentándonos a buscar un sentido más profundo en nuestras elecciones y decisiones.

Comunidad y Solidaridad: La vida consagrada a menudo se vive en comunidad. En la vida diaria, la idea de vivir en comunidad puede inspirarnos a cultivar relaciones significativas, a apoyarnos mutuamente y a trabajar juntos hacia objetivos compartidos. La solidaridad y el apoyo mutuo son valores fundamentales que pueden ser aplicados en diversas circunstancias de nuestra vida.

Estas pinceladas nos pueden ayudar a integrar los valores de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada en nuestro día a día, promoviendo una mayor dedicación a afirmar la primacía de Dios, una reflexión continua sobre la vocación y la importancia de la comunidad y la solidaridad en nuestras relaciones diarias.

La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada ha editado diversos materiales para facilitar la reflexión en torno a esta Jornada, la compartimos: