El próximo domingo, 14 de enero, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado con el lema Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados.

Queremos compartir unas reflexiones acerca de este día.

La llegada de personas migrantes constituye un inaceptable saldo en vidas y vulneración de derechos. No es solo una crisis de refugiados. Es resultado de políticas que olvidan que detrás de cada decisión de abandonar una casa, un trabajo y una vida, hay personas a las que proteger y garantizar sus Derechos Humanos.

Por ello nos sumamos a la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado que nos invita a acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes y víctimas de trata, para que el miedo no se adueñe de nuestro corazón y se establezcan relaciones fluidas y enriquecedoras para todos y entre todos.

– Acoger es abrazar, es acompañar, es hacer sentir al otro que no está solo.

Proteger es tender las manos no solo para acumular, sino para defender y acariciar.

Promover es soñar y construir un futuro mejor.

– Integrar es construir una sociedad nueva, una sociedad que no es tuya ni mía, sino nuestra.

Con estas cuatro acciones que nos propone el papa abrimos las puertas a las familias emigrantes y refugiadas, sobre todo a las más vulnerables.

«Si un emigrante reside con vosotros en vuestro país, no lo oprimiréis. El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como el indígena: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios» (Lv 19, 33-34).

“Dios creó la humanidad para ser una familia; cuando uno de nuestros hermanos y hermanas sufre, todos estamos afectados.

La integración comienza con el conocimiento. El contacto con el otro lleva a descubrir el “secreto” que todo el mundo lleva consigo y también el don que representa y por lo tanto aprender a amarlo y a superar el miedo, ayudándolo a incorporarse a la nueva comunidad que lo acoge. Cada uno de vosotros… tiene su propia historia… Y esta historia… tiene algo sagrado, hay que respetarla, aceptarla, acogerla y ayudar a seguir adelante.” (Papa Francisco)

“En inmensas caravanas marchan los fugitivos de la vida imposible. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente.

Les han robado su hogar en el mundo. Huyen de las guerras, de los salarios exterminados y de los suelos arrasados. Peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas; las puertas que se abren, mágicamente al paso del dinero, se cierran en sus narices.

Algunos consiguen colarse. Otros son cadáveres que la mar entrega a las orillas prohibidas.”

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO