El domingo – 19 de noviembre – se ha celebrado la I Jornada Mundial de los Pobres así como la Campaña por las Personas sin hogar.

Nos hemos parado frente a la tienda que se colocó delante del templo.

Ahí vive la pobreza de nuestro mundo. Los que tienen hambre, los que pasan frío, los pobres que sufren la soledad, los que no encuentran el sentido, también están ahí las pobrezas de nuestras propias vidas, pobrezas que todos tenemos.

De pobre a pobre tenemos que compartir nuestras riquezas, de hermano a hermano debemos abrir nuestras manos y entregar nuestro corazón. Hay que encontrar a Jesús en esa tienda, hacernos pequeños para poder entrar en ella.

¿Has intentado ponerte los zapatos de tu hermano, aunque muchas veces eso signifique ir descalzo?

«Vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos según las necesidades de cada uno.» ¿Y tú qué aportarías para erradicar la pobreza? ¿Te cuesta compartir tus bienes?

Las personas sin hogar son como nosotros, las circunstancias difíciles les han empujado a la calle. MÍRAME!!! ¿ME ves como un hermano? ¿No pasamos de largo ni miramos a otro lado?

Tengamos estas ideas siempre presentes, no solo hoy, llevémoslas en nuestro corazón.

«En tu camino encontrarás a muchos que están ahí. Tienes sitio en su banco, dale tu mano, conversa con él, regálale el amor de Cristo con obras.»